Un estudio derriba mitos sobre el autismo: "Son niños que sienten y con más intensidad", expone la doctora García Blanco

valencia

El Grupo de Investigación en Salud Mental del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe) de València ha publicado recientemente tres estudios que amplían el conocimiento sobre los mecanismos emocionales que podrían explicar algunas conductas de las personas con autismo. Así se ha dado a conocer con motivo del Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo, que se conmemora cada 2 de abril. Hablamos en 'La Ventana Comunitat Valenciana' con la doctora Ana García Blanco, que dirige el equipo que ha realizado estos estudios que no son habituales. "Solemos hacer jornadas con pacientes y familiares y un adolescente con autismo nos dijo qué íbamos a investigar si no somos dos iguales. El hecho de que haya tantas diferencias con la condición de autismo hace difícil la investigación. Hay muchos estudios, pero no se puede generalizar. El autismo no es tanto un trastorno sino un espectro, de muchos subgrupos de autismo, y lo que se debería investigar son aquellos que reúnen unas condiciones, con factores de riesgo compartidos para poder así entender los mecanismos que pueden subyacer al autismo. Nuestro grupo apostaba por el seguimiento de aquellos niños cuyas madres sufrieron problemas en la gestación y muchos de ellos nacieron prematuramente, y ahí es donde hemos visto características parecidas", sostiene la doctora.

El objetivo de la línea de investigación del grupo es "responder a los problemas reales de los pacientes con trastornos del espectro autista e intentar derribar algunos mitos sobre esta condición, desde la evidencia científica y derribar mitos como que son niños menores empáticos, y queremos averiguar por qué aparentan esto cuando en la clínica es todo lo contrario. Son niños que sienten y con más intensidad", explica García Blanco.

El equipo investigador promueve un "paradigma alternativo" para entender los problemas que tienen los niños con autismo a la hora de comunicarse con el mundo y que pone el acento en las emociones y no en la conducta, como se ha venido estudiando en los 20 últimos años.

Movimiento ocular

El equipo que dirige la doctora Ana García Blanco utiliza el seguimiento del movimiento ocular para analizar cómo las personas con autismo presentan atención a la información emocional. Se emplea un entorno realista con escenas sociales complejas y mediciones en diferentes etapas de la atención. Los resultados indican que las personas con autismo "muestran un aumento en la atención inicial, seguida de una evitación posterior para protegerse de las situaciones amenazantes".

Todo ello puede ayudar y mucho. "Detrás de cada estudio tratamos que responda a una necesidad clínica. Cuando ellos no se ven preparados, quizá esta demanda hace que respondan de una manera, y podemos entenderlos mejor.

Sensibles a las recompensas

Otro estudio publicado recientemente por el IIS La Fe concluye que los niños con autismo son tan sensibles a las recompensas como cualquier otro niño y que las recompensas también hacen que mejore su rendimiento, como ocurre en población no autista. Sin embargo, estas recompensas han de ofrecerse de forma "consistente" ya que, de lo contrario, la frustración generada entorpecería su finalidad. Este hallazgo sugiere que las estrategias que incluyan una retroalimentación coherente con su rendimiento y sistematizada por ordenador pueden ser "cruciales" para mejorar su desempeño en tareas en estos niños y adolescentes. Este enfoque "podría abrir nuevas oportunidades para mejorar su éxito en la escuela y su calidad de vida".