La Embajada Mora conquista la fortaleza de Alcoy
La plaza de España alberga la negociación con la palabra para adueñarse de la villa entre los embajadores moro, Óscar Martínez, y el cristiano, Antonio Delgado, aunque no llegan a un acuerdo y se declaran la guerra
Alcoy
Las huestes de la media luna, a primera hora de este lunes y con cielos cubiertos, han enviado a su mensajero hasta el castillo para pedir la rendición de los cristianos. Sin embargo, el jefe del bando de la cruz se ha negado a dejar la villa y el estafeta de la Filà Mudéjares, Pau Gisbert Ivorra, veloz con el caballo negro ha regresado al asentamiento de Al-Azarq para avisar de la negativa.
Pau Gisbert regresando veloz con el caballo para informar a los moros de la negativa de los cristianos. / Paco Agulló
El jefe de las huestes de la media luna, minutos después y siguiendo su estrategia de entrar en estas tierras, ha ordenando a su embajador que encabezara una delegación para negociar con la palabra la rendición del bando opuesto. Así, sobre las 10:30 horas, los moros han entrado a la plaza con Óscar Martínez al frente, escoltado por el sargento moro David Antolí, con la bandera blanca en señal de son de paz, para intentar convencer a las tropas de Jaume I que abandonaran la fortaleza.
Así, el centinela Tono Bou, al ver llegar a los rivales ha avisado a sus jefes para la defensa. Las trompetas han anunciado la presencia del sargento mayor cristiano, Jordi Seguí; del mossén Torregrosa de la Filà Aragonesos, Toni Navarro; del alférez de la Filà Aragonesos, Santi Castelló, del embajador cristiano Antonio Delgado y, por último, ha salido el capitán cristiano de la Filà Alcodianos, Dani Cano.
Jordi Seguí, sargento cristiano; Antonio Delgado, embajador cristiano; Dani Cano, capitán de la Filá Alcodianos, Santi Castelló, alférez de la Filà Aragonsesos, y Toni Navarro, mossén Torregrosa, en el castillo durante la Embajada Mora. / Paco Agulló
Y ahí, los moros han empezado a reclamar pero los cristianos no han cedido ni un milímetro su postura. Así que el embajador, visto que no habría acuerdo, ha decidido declarar la guerra con “Viva Al-Azraq! Tomemos el castillo” y la respuesta de su homólogo cristiano “Alcoians, per Sant Jordi i Aragó, a defensar la fe de Jesucrist”.
El público congregado en la plaza de España, en la nubosa mañana de este 22 de abril, ha reconocido la representación histórica, sobre todo el papel realizado por Óscar Martínez y Antonio Delgado, y les han rendido un sonoro aplauso.
El embajador moro, Óscar Martínez, llamando a la batalla a las tropas de la media luna / Paco Agulló
La batalla de arcabucería
Tras el no en la negociación de la palabra, se ha disparado la guerra de arcabucería. Las formaciones cristianas han ido avanzando desde el castillo por la parte izquierda con el capitán cristiano y las filaes Alcodianos, Andaluces, Cides, Guzmanes, Mozárabes, Navarros y Muntanyesos mientras que por la derecha van el alférez cristiano y las filaes Aragonesos, Asturianos, Labradores, Vascos, Almogávares, Tomasinas y Cruzados.
Después, el avance de las huestes dela media luna se realizará desde la calle San Nicolás con Mudéjares, Llana, Domingo Miques, Verdes, Cordón, Marrakesch, Berberiscos y desde País Valencià irán hacia la plaza los Abencerrajes, Judíos, Chano, Magenta, Ligeros, Realistas y Benimerines.
Un instante de la Embajada Mora celebrada en la mañana de este 22 de abril en la plaza de España de Alcoy. / Paco Agulló
La música
Un año más, a las puertas del castillo y mientras se esperaba la llegada del embajador moro, el quinteto de metal y percusión ha interpretado Fortuna favorable, la fanfarria de José María Valls Satorres y que en este 2024 ha cumplido 10 años desde su estreno.
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