Preocupación máxima de climatólogos y agricultores ante el inicio de año hidrológico más seco desde, al menos, 1950 en la Comunitat Valenciana

Alicante

Los climatólogos y los agricultores muestran su tremenda preocupación ante la situación de sequía que vive la provincia en estos primeros siete meses de año hidrológico.

Después de conocer los últimos datos del mes de abril, en el que Alicante ha registrado un déficit de precipitaciones del 71%, se confirma que estamos ante el inicio de año hidrológico más seco y cálido desde, al menos, 1950 en la Comunitat Valenciana.

De hecho, desde que arrancara el año hidrológico en octubre de 2023, la provincia de Alicante ha tenido déficit de lluvias durante los siete meses, siendo noviembre un mes "extremadamente seco" con un déficit medio provincial del 99,7%.

José Ángel Núñez, jefe de Climatología de la AEMET en la Comunitat Valenciana, explica que "este déficit de precipitaciones y estas temperaturas tan altas aceleran los procesos de transpiración y de pérdida de humedad de la vegetación y del suelo, lo que genera impactos en el monte y la agricultura".

Señala que "no es raro que tengamos un otoño seco" pero advierte de que lo anómalo es "la persistencia y la prolongación". Es uno de los escenarios probables del cambio climático donde se producen fenómenos extremos compuestos como el calor anómalo y la sequía meteorológica.

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La previsión, una vez que ya estamos con la primera muy avanzada, es que no se produzcan lluvias con carácter generalizado. Eso sí, recuerda que el año pasado, en mayo y en junio se produjeron una serie de tormentas que aliviaron la sequedad del terreno.

Por su parte, desde el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, aseguran que se trata de una "sequía típicamente mediterránea". Están entrando borrascas desde el Atlántico que cuando llegan al litoral mediterráneo pierden su efectividad.

Su director, el catedrático Jorge Olcina, explica que no termina de cuajar ningún temporal de Levante y tampoco entran vientos marítimos que aporten humedad para una posible situación de lluvias abundantes.

Insiste en que, a corto plazo, el abastecimiento para consumo humano está garantizado aunque "sin bajar la guardia" y haciendo un "uso responsable de la misma". En el campo ya se han notado los efectos en los cultivos de secano, y ahora también en los regadíos". "Si el próximo otoño no llueve como debería llover habría que aplicar medidas más restrictivas en el uso agrario del agua".

Catastrófica situación en el campo

Desde el campo, los agricultores ven todavía más preocupante el aumento de temperaturas en invierno, ya que eso les obliga a regar más, lo que duplica el efecto de la sequía.

José Vicente Andreu, presidente de ASAJA Alicante, califica la situación como "catastrófica", reconoce que hay cosechas que se han quedado "muy cortas de calibre" como la del limón.

La producción de alcachofa no va a sacar el rendimiento que se tenía previsto, el almendro en la Vega Baja se encuentra en la misma situación que en el año 2013, cuando murieron 200.000 ejemplares por sequía. En la montaña, la cereza afronta el sexto año sin cosecha por la sequía, lo que aboca a los agricultores al abandono. El olivar no está brotando y los productores de cereal tampoco han visto crecer su cultivo.

Andreu advierte de que los agricultores que dependen de la cuenca del Segura ya tienen una restricción de regadío del 25% con la amenaza de que se incremente al 50% la próxima semana.

El presidente del sindicato agrario considera fundamental que el trasvase Tajo-Segura se mantenga y pide al Gobierno que no recorte las cantidades estipuladas en las normas de explotación por "decisiones políticas". También reclaman rebajas de los módulos fiscales por la sequía y bonificaciones de las cuotas de la Seguridad Social de los trabajadores del campo.