Las propiedades de Zaplana centran el interrogatorio de los testigos en Erial

València

El periodista y exdiputado en el Parlamento Europeo Luis Herrero, que se ha presentado como amigo de Eduardo Zaplana, ha declarado como testigo a propuesta del Ministerio Fiscal y ha declarado que puso en contacto a Zaplana con el propietario de la urbanización La Finca de Somosaguas, Luis García Cereceda. Dice que fueron a ver una casa de la urbanización, cuya compra se investiga, acompañados del presunto testaferro de la trama, Joaquín Barceló, alias Pachano.

Según el testimonio de Herrero, a Zaplana le gustó especialmente la casa porque tenía una piscina privada, que le hacía falta a su hijo para rehabilitación, y todos manifestaron que les encantaba la propiedad. También lo hizo Barceló, que en una conversación con Herrero le dijo que si pudiera se compraba no una, sino varias casas de ese tipo.

Asegura no saber si finalmente Zaplana adquirió o no el chalet, que entraba dentro de lo posible que lo hubiera comprado sin decírselo y que nunca preguntó porque no se quería meter en la vida privada de su amigo.

También ha declarado el que fuera portero de los findes de semana en un edificio en Madrid, en la calle Núñez de Balboa, otra de las propiedades investigadas. Ha asegurado que en el listado de propietarios que le entregó su predecesor había un piso a nombre de la empresa Costera del Glorio con el apellido "Zaplana" apuntado al lado, aunque nunca lo vio. Preguntado sobre si conocía a Barceló, presunto testaferro, ha dicho que no, pero tampoco a Zaplana, porque nunca vio entrar y salir a nadie de ese piso y la casa estuvo mucho tiempo cerrada.

Además, el letrado del expresident y exministro le ha preguntado por los ascensores que dan acceso al garaje, por si alguien que accediera a la casa podía haberlos utilizado sin ser visto por los porteros. El extrabajador ha dicho que los ascensores del garaje no pasaban por la recepción sino por la primera planta, por lo que alguien podría haber subido en ellos sin que en la portería se le hubiera visto.

Ha declarado asimismo el conductor del expresident durante los fines de semana. Ha relatado que le contactó un familiar para decirle que Zaplana buscaba a un conductor para los sábados y los domingos. El testigo ha asegurado que llevaba sobres que le daban Zaplana o su secretaria, Mitsuko Henríquez, que nunca vio su contenido ni ninguno de los destinatarios le preguntó ni manifestó extrañeza. Era taxista de profesión antes de desempeñar este trabajo y ha dicho que Zaplana le solía pagar "como una carrera de taxi", pactando un precio, y que cobraba en negro.