Mazón y Page llaman a un debate nacional sobre el agua pero discrepan sobre la desalación

València

El president de la Generalitat Carlos Mazón y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, no ponen fecha pero sí están dispuestos a sentarse a hablar de agua. Los dos presidentes autonómicos, que han escenificado hoy cierto deshielo en las relaciones entre ambas comunidades con la firma de un convenio para la atención sanitaria en zonas limítrofes, han coincidido en que es de sentido común esta prestación, se han mostrado abiertos a hablar de financiación autonómica sin privilegios ni chantajes, según Page pero, eso sí, en el tema del agua ha habido menos acuerdo.

No estaba en el orden del día de la reunión pero ambos han hablado de trasvase y desalación a preguntas de los periodistas. Empezaba Emiliano García-Page diciendo que está dispuesto a sentarse a hablar porque cree que los tribunales siempre son la última de las vías a explorar. Y más que sobre el trasvase ha querido hablar de desalación. Dice que si Castilla La Mancha tuviera salida al mar, no dudaría en apostar por esta técnica.

García-Page ha señalado que en España hay espacio para un "cierto consenso" sobre agua, aunque "pesan más los votos que los metros cúbicos", y es necesaria una estrategia nacional, pues aunque se podrían alcanzar acuerdos entre las comunidades, para que merezcan la pena deben ser homologables a toda España.

Le responde Mazón que el de la desalación es el gran tema, uno de los que está en el centro del debate del agua. Pero cree que el camino del diálogo es explorable, aunque no fácil. Eso sí, recuerda que no es tan sencillo como apostar por la desalación sin más, porque esta técnica es costosa y el agua resultante está contraindicada para algunos cultivos con gran presencia en la Comunitat Valenciana como los cítricos.

Mazón se ha mostrado "absolutamente de acuerdo" en que el agua "es de todos" y en que el camino del diálogo y el acuerdo "es posible y es transitable", aunque es más difícil que en otros asuntos, y ha reivindicado que centrarse en lo que puede unir y no en lo que separa es "la mejor manera de construir España".

Así, ha abogado por actuar "sin demagogia ni lucha territorial", porque el problema del agua va más allá de los votos, los territorios y las coyunturas, y hay que actuar con criterios técnicos y con voluntad de diálogo en torno a un asunto que es complejo.

Eso sí, ambos han coincidido este miércoles en la necesidad de que haya diálogo en España sobre el problema del agua, ya que es un recurso de todos y lo deseable es que se llegara a un acuerdo nacional.

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