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Redes de pesca, anclas y cadenas: un inquietante cementerio submarino frente a la costa alicantina

Medio Ambiente lleva a cabo un proyecto de restauración de ecosistemas marinos junto al Islote de Benidorm

Vicente Castañer, miembro del Equipo de Guardacostas de Espacios Protegidos de la Generalitat Valenciana, en Hoy por Hoy Alicante

El Cabo de San Antonio, el Penón d'Ifac, la Serra Gelada o Tabarca son algunas de las zonas marinas más destacadas que tenemos en la provincia de Alicante. En los fondos de sus entornos proliferan restos de redes y de artes de pesca perdidas o abandonadas, cabos, sedales, plomos, anclas y cadenas que llegan a afectar a estos ecosistemas. De hecho, los guardacostas de la Generalitat han localizado rayas e incluso caballitos de mar enganchados a los mismos.

Además, en el caso del entorno del islote de Benidorm estos restos submarinos afectaban a una población de algas rojas calcáreas de gran valor ecológico y escasa presencia en el Mediterráneo.

Para acabar con estos inquietantes cementerios submarinos, la Conselleria de Medio Ambiente ha puesto en marcha un proyecto para restaurar zonas degradas en el ámbito marino del Parque Natural de la Serra Gelada. Fruto de esta iniciativa, el equipo de Guardacostas de la Generalitat en colaboración con buceadores profesionales de la Fundación Oceanografic han conseguido extraer de esta zona 500 kilos de redes de pesca y otros elementos abandonados a 30 metros de profundidad.

En Hoy por Hoy Alicante hemos charlado con Vicente Castañer, miembro de los guardacostas, quien nos ha contado como la iniciativa tratar de preservar estos ecosistemas y por tanto, una vez retiradas las redes se llevará a cabo un estudio de estas zonas para recuperarlas.

La localización de todos residuos ha sido posible gracias a un ROV Submarino que permite monitorizar los fondos marinos y comprobar si la presencia de estas artes de pesca pueden provocar daños en el ecosistema. Por su parte, los buzos del Oceanografic se han encargado de recuperar las redes sin causar daños a la flora y fauna de la zona, sobre todo estrellas y erizos de mar y corales gorgonia, y posteriormente de estudiar la biodiversidad existente tras la extracción.