Los rostros de la solidaridad: el Banco de Alimentos de Castellón pide más ayuda a las administraciones públicas tras la caída de las donaciones privadas en un 70%
Uno de los índices de pobreza elaborados por la ONG señala que alrededor de 35.000 personas se encuentran en riesgo de pobreza en la provincia de Castellón
Día Mundial del Hambre desde el Banco de Alimentos de Castellón.
Castellón
Si existe un conjunto de personas que trabajen, de forma totalmente altruista e ininterrumpida, en la erradicación del hambre en la provincia de Castellón, seguramente se encuentren o han formado parte alguna vez del Banco de Alimentos de Castellón.
Este martes, Día Mundial del Hambre, el producto del día ha sido el paraguayo, llegado de varios puntos de Catalunya, sobre todo de Lleida, aunque diariamente aterrizan a sus instalaciones alimentos procedentes de todo el territorio nacional.
35.000 castellonenses vulnerables
La organización mira al verano dejando atrás un invierno en el que solamente en el primer trimestre se han repartido sobre 318.000 kilos de comida, una "barbaridad" para Santiago Miralles, presidente del banco, pero no una buena noticia: es la traducción directa de lo que muestra el indicador de pobreza elaborado por la propia entidad, que señala que alrededor de 35.000 castellonenses se encuentran en una situación de vulnerabilidad.
Aunque no solo son demasiados los que reciben ayuda, los que reparten también se ahogan. La donación de las empresas, una enorme parte de todo lo que llega, ha caído un 70% en los últimos meses, por lo que piden más colaboración pública.
Miralles, al igual que los cerca de 12 voluntarios que cada día regalan, literalmente, su bien más preciado -su tiempo- a las personas más necesitadas, se aferra a la esperanza de ver los frutos de un augurado crecimiento del sector cerámico, principal pan de los castellonenses, y a la idea de que siempre habrá personas solidarias dispuestas a ayudar.