Víctor Elizalde, 1.200 kilómetros a pie desde el Grao de Castellón hasta Finisterre con un trasfondo solidario: "No sé si soy peregrino, no sé lo que es"

Castellón

El 27 de abril Víctor Elizalde partía desde el Faro del Grao de Castellón en dirección al Faro de Finisterre para realizar un peregrinaje hasta lo que denominan como "el fin de la Tierra" motivado a partir de una frustración. De prepararse los 60 kilómetros de la prueba de Penyagolosa Trails, Marató i Mitja--y no ser seleccionado en el reparto de dorsales--, a caminar más de 1.200 en un Camino de Santiago que finalizaba el 5 de junio.

Mes y medio de caminata en solitario en la que Elizalde se propuso recaudar la máxima cantidad de fondos posibles para destinarlos a la lucha contra la leucemia mediante la ONG Asolecas, así como en el impulso de proyectos educativos en un poblado de Senegal, gracias a la Fundación Antonio Cabré. Una aventura en la que, como explicaba a esta emisora antes de partir, se enmarcaba sin saber lo que iba a suceder.

Elizalde regresa del cabo de Finisterre, en la provincia de A Coruña, con varias lecciones aprendidas. La primera--como explica en A Vivir Castellón--, el cuidado de los pies y la importancia del descanso. La segunda, que "sabía que había gente que me quería, pero no tanta como me lo han demostrado en este mes y medio. Este camino no lo he hecho solo", comenta Elizalde. Ante los micrófonos de Radio Castellón - Cadena SER, este grauero echa la vista atrás por los más de 1.200 kilómetros recorridos, haciendo balance de todo lo vivido y sin descartar nuevos retos en el futuro.