Envejecimiento y desaparición del comercio tradicional: panorámica de los autónomos en la Comunitat Valenciana

València

En la Comunitat Valenciana hay más autónomos que nunca. Así lo asegura un estudio que ha presentado hoy UPTA, que cifra en 372.000 el número de personas empleadas por cuenta propia. Un informe que señala luces y sombras de una forma de desarrollar una actividad económica que está en pleno cambio.

Porque, entre otras cosas, los autónomos se enfrentan a un problema de relevo generacional, como explica el presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores y Autónomos, de UPTA, Eduardo Abad. En concreto, había 351.000 autónomos en 2019, y ahora hay 21.000 más. Además, solían generarse nuevas altas de autónomos siempre en momentos en que disminuía el empleo por cuenta ajena, pero esa tendencia se ha roto. Pero el reto está en el recambio generacional, porque 43.000 autónomos son mayores de 61 años y solo hay un 10% de menores de 30. Además, este cambio de perfiles hace que se esté destruyendo mucho comercio tradicional y pequeña hostelería en detrimento de otros tipos de autónomos más cualificados: comunicadores, científicos y sanitarios. Pero muchos de ellos, apunta, son en realidad falsos autónomos.

Destaca Abad también que hay un gran número de autónomos nacidos fuera de España el 18% del total, cosa que demuestra, dice, que lejos del discurso xenófobo de que los extranjeros vienen a quitarnos el trabajo, la realidad es la contraria.

Eso sí, señala que dos perfiles como los expats o nómadas digitales o los trade, siglas de trabajador autónomo económicamente dependiente, son a veces una fórmula para camuflar a los falsos autónomos. Sobre todo en el caso de los expats, que traban en remoto pero en plataformas propias de las empresas, que les marcan también a veces horarios. En cuanto a los trade, son autónomos que son contratados por las empresas por un tiempo determinado y con condiciones contractuales preestablecidas.

Entre otros problemas de actualidad que afronta el sector, Abad señala que, de las 170.000 personas autónomas que recibieron las ayudas por el cese de actividad durante las últimas oleadas del Covid -que incluían como requisito para solicitarlas una bajada de la facturación de al menos el 70 %-, un total de 20.000 tienen que hacer frente ahora a reintegros de esas cantidades, de entre 3.000 y 7.000 euros por no cumplir realmente con las condiciones que se pedían. Ante esa situación UPTA reclama que al menos se pueda aplazar el pago del reintegro en 24 meses.

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