Las Kellys de Benidorm y la Costa Blanca auguran otro "verano caliente" que afrontan con "terror" y "miedo"
Durante el verano se incrementan las camas por habitación lo que aumenta la carga de trabajo de unas profesionales que arrastran diversas dolencias físicas
Alicante
Las camareras de piso de Benidorm y la Costa Blanca auguran otro "verano caliente" con excesiva sobrecarga de trabajo ante las buenas previsiones turísticas que se manejan.
Unas trabajadoras que afrontan estos próximos meses con "terror" y "miedo" ante el aumento de las pernoctaciones en los hoteles. Estas pernoctaciones, además, han cambiado en los últimos años y son más cortas, lo que también les supone una mayor carga de trabajo. Un periodo estival que les genera mucha ansiedad en el día a día y por el que, en muchas ocasiones, se tienen que medicar para poder soportar las jornadas.
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Dori Vázquez, miembro de la Asociación de Kellys de Benidorm y la Costa Blanca, explica que con el paso de los años las dolencias van apareciendo en las camareras de piso, una situación que también provoca muchas bajas laborales. "Tenemos afectadas muchas de las articulaciones de nuestro cuerpo" admite.
Vázquez asegura que durante esta temporada estival les pueden rebajar alguna habitación, pero reconoce que se incrementan las camas o se añaden cunas de bebé, por lo que las cargas de trabajo se mantienen o incluso aumentan. La media de habitaciones por camarera de piso se encuentra entre 20 y 25.
Dori Vázquez, miembro de la Asociación de Kellys de Benidorm y la Costa Blanca: "Se espera un verano caliente"
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Por ello, reclama al Gobierno, patronal y sindicatos que se pongan de acuerdo y declaren esta profesión como "trabajo penoso". Asegura que es muy complicado llegar a los 67 años y poder realizar este oficio.
Las camareras de piso siguen esperando la convocatoria de la Mesa de Trabajo que regule las cargas, pero, sin mucha confianza. "Ni está ni se le espera" admite Vázquez. Lamenta que en la gran mayoría de los hoteles no se hagan los estudios ergonómicos psicosociales porque "no todas las camareras tienen el mismo ritmo de trabajo".
Cree que para solucionar este problema hace falta "voluntad". Recuerda que los hoteles han tenido récord de ganancias en los dos últimos años por lo que pide que ello repercuta en mejorar las condiciones de trabajo del colectivo.