Xàbia Lanza un banco de tierras para revitalizar la agricultura local
La concejalía de Dinamización Económica y la Xarxa Agrícola buscan conectar a propietarios de parcelas agrícolas con personas dispuestas a cultivarlas, promoviendo la actividad agrícola y mitigando problemas ambientales y socioeconómicos
Xàbia
La concejalía de Dinamización Económica del Ayuntamiento de Xàbia, que dirige Juanlu Cardona, ha iniciado de la mano de la Xarxa Agrícola de la Marina Alta, dependiente del Creama, la creación de un banco de tierras con el fin de poner en contacto a los propietarios de las parcelas agrícolas con aquellas personas que estén dispuestas a trabajarlas.
El concejal ha explicado que en muchos puntos del término municipal de Xàbia hay campos de cultivo que están abandonados y por este motivo desde el equipo de gobierno se ha pedido la ayuda de la Xarxa Agrícola, enmarcado en el Acuerdo Comarcal en materia de Empleo y Desarrollo Local de la Marina Alta - PACTE’MA. CREAMA.
El proyecto comprende diversas fases, la primera es la recopilación de parcelas susceptibles de formar parte del mismo; la segunda la valoración de las mismas en arreglo a una serie de variables y la tercera es la búsqueda y puesta en contacto de los propietarios con los agricultores.
En concreto, los técnicos de Xarxa Agrícola revisarán cuestiones como la situación de la parcela si está abandonada o en producción; el cultivo actual si existe, la disponibilidad de agua de riego o no y la accesibilidad para vehículos.
Una vez catalogadas, las parcelas se incorporan al banco de tierras y se oferta a la población general y al sector agrícola. En caso de encontrar alguien dispuesto a adquirirlas, desde la Xarxa Agrícola realizan una labor de mediación entre las dos partes para llegar a un acuerdo que beneficie a todos. Finalmente se redacta un contrato y una vez firmado, los técnicos de la Xarxa Agrícola se encargan de velar por el buen cumplimiento del mismo.
El edil ha destacado la importancia de mantener las parcelas agrícolas en activo para reducir los problemas ambientales y socioeconómicos; pero también para disminuir el riesgo de incendio, la proliferación de plagas y roedores; evita la erosión del suelo y la degradación paisajística, así como que las parcelas abandonadas se conviertan en vertederos incontrolados.