Los 3.000 kilómetros a pie para unir Roma con Santiago del campellero José Arredondo
Con esta iniciativa ha recaudado más de 10.000 euros para la Asociación de Alicante para la Lucha contra el Cáncer
José Arredondo, forajido por una buena causa
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Alicante
Durante el Imperio Romano 'todos los caminos llevaban a Roma'. Y esa expresión, que se ha conservado a lo largo de los siglos, nos viene a decir que hay muchas maneras de alcanzar un objetivo. Además, alguien que desea fervientemente conseguir algo lo que va a hacer es 'remover Roma con Santiago'. Pues nuestro protagonista semanal en Forajidos, José Arredondo, de alguna manera, lo que ha hecho es desandar uno de los caminos que conducen a Roma para terminar en Santiago de Compostela.
Y también es cierto que para llevar a cabo ese recorrido de 3.000 kilómetros, con el objetivo de visibilizar la enfermedad y recaudar fondos para la Asociación de Alicante para la Lucha contra el Cáncer, lo ha dado todo: primero, en su preparación y luego, durante el trayecto.
José es un campellero que sabe lo que es que el cáncer llame a la puerta de tu familia y por ello, decidió embarcarse en este reto. Es cierto, que en la actualidad, el Camino de Santiago se ha convertido en una aspiración para millones de personas. Es algo que hay que hacer al menos una vez en la vida. Da igual de donde partas, porque en la actualidad, casi todos los caminos llevan a la capital gallega.
En su caso, fueron 3.000 kilómetros, que recorrió en 105 días atravesando Italia, Francia y España. Partió desde la capital italiana tras ser recibido en el Vaticano por el papa Francisco, quien le bendijo en la víspera del inicio del recorrido. El trayecto por el país transalpino le dejó algunos sinsabores: la Toscana muy bonita, el trato que recibía no siempre estuvo a la altura.
Luego, a su paso por Francia, decidió desviarse, 160 kilómetros más, para visitar Lourdes. Y el tramo final, llegó tras cruzar la frontera por Somport, bajar hasta Canfranc e iniciar el llamado Camino Aragonés que le iba a conducir hasta la Plaza del Obradoiro. Esa fue la parte más placentera, no solo porque ya se sentía más cerca de la meta, sino porque todo esta mucho más preparado para atender al peregrino o en su caso al aventurero.
La llegada fue inenarrable. En la charla se le ha vuelto a poner un nudo en la garganta y a duras penas contenía la emoción.
Al final, entre distintas aportaciones ha conseguido recaudar más de 10.000 euros para la Asociación de Alicante para la Lucha contra el Cáncer.
Y si os lo preguntáis, como curiosidades, los pies le llegaron intactos, en un buen estado de forma. Ahora, repetir la experiencia o volver a hacer algo similar, pues, parece que... Parece que si queréis saber la respuesta vais a tener que escuchar la conversación.