La oportunidad de Barcala para dejar de apoyarse en Vox

Alicante

Lo bueno de la ruptura unilateral del Gobierno de la Generalitat por Vox (han preferido perder poder territorial para primar intereses nacionales) es que los populares en la Comunitat Valenciana se quitan una carga, un lastre, una adherencia o una dependencia y eso puede ser bueno para ayuntamientos en donde son socios preferentes.

Y me refiero, sobre todo, al Ayuntamiento de Alicante, en donde, pese a que el alcalde Barcala diga que está abierto al diálogo y al pacto con todas las formaciones, sigue apoyándose para las decisiones más estratégicas en la ultraderecha. Es lo cómodo, pero no, seguramente, lo mejor para los retos de una ciudad construida a retazos y que hay que coser.

Que Vox se haya echado al monte ¿va a afectar a la gobernabilidad de una ciudad como Alicante? Pues seguramente no, pero sería lo razonable que los populares, desde su mayoría, tendieran generosamente la mano a los socialistas, a Compromis y EU-Podem para buscar una hoja de ruta compartida para asuntos de calado que suelen superar las barreras ideológicas. No creo que ningún de los tres portavoces, ni Ana Barceló ni Rafa Mas ni Manolo Cope, le dieran la espalda a Barcala.

Y, por cierto, esa mano tendida no debilita al primer edil, refuerza su centralidad.