La sequía que está matando pinos en los bosques valencianos puede ser una oportunidad
El Fórum de la Nova Ruralitat apuesta por pasar del concepto "protección" al de "control" de la masa forestal porque a día de hoy hay demasiada
Valencia
En muchas zonas de bosque de la Comunitat se extienden manchas marrones. Lo decía en La Llavor, Ramón Mampel. Son, fundamentalmente, pinos muertos. Es el resultado de la sequía que venimos padeciendo estos dos últimos años. Los árboles no han resistido la falta de agua, sí, pero básicamente no han resistido la competencia.
Y es que el abandono de tierras de cultivo que viene produciéndose de forma sistemática en la Comunitat en el último medio siglo o más, y que se mantiene a razón de 3.000 hectáreas anuales en un territorio de apenas dos millones trescientas mil hectáreas, hace que los bosques sean cada vez más frondosos. Que los árboles, con tanta competencia entre ellos, sean más débiles y que les resulte cada vez más difícil gestionar la poca lluvia que les queda. Eduardo Rojas es doctor en ingeniería de montes, presidente de PEFC, la organización de certificación forestal más importante del mundo, y profesor de la Universitat Politècnica de València, lo deja claro en la SER: Hay demasiada masa forestal.
Eduardo Rojas (UPV): "Hay demasiada masa forestal"
Más aún, las variedades que copan las zonas boscosas de la Comunitat son, en muchos casos, invasoras y no autóctonas. Es el caso del pino blanco. Por tanto, de lo que se trata, apunta Rojas, no es de plantar árboles es de controlar el volumen y la cantidad. Y es que se da la circunstancia de que la densidad es tal que hay zonas de la Comunitat en las que lluvias ligeras de entre 5 y 10 litros por metro cuadrado ni siquiera llegan a mojar el suelo. El agua se queda en la copa de los árboles. Si hace viento a continuación, y eso ha ocurrido por ejemplo en los últimos episodios de lluvias, ese agua se seca y se pierde.
Las consecuencias de eso se traducen en incendios cada vez más virulentos y difíciles de controlar. Eso tiene otra derivada, el turismo de interior se ve resentido porque vende paisaje. Y un paisaje de árboles muertos o quemados tiene mala venta. Por eso, para que el turismo funcione y para recuperar esas zonas tan deprimidas máxime en períodos como este de tanta sequía, Rojas apuesta por hacer de la necesidad virtud. Una crisis como esta puede ser también una oportunidad.
Eduardo Rojas (UPV): "Menos protección y más gestión"
Explica Rojas que actualmente la madera se ha convertido en fundamental para el sector de la construcción que no encuentra arena suficiente. Las masas de árboles muertos podrían talarse y destinarse a ese sector y a la generación de biomasa, pelets, serrín... A su vez, introduciendo la ganadería, el bosque se limpiaría y tendría un volumen forestal adecuado.
Y señala con el dedo al cultivo que, a su juicio, podría resolver buena parte del problema porque históricamente ya lo ha hecho: la uva de vino.
Las vides, explica, son el cortafuegos perfecto. Además, están verdes en verano. Son muy resistentes y mejoran también la resiliencia del suelo. Y tienen un factor añadido que Rojas cree que podría favorecer también al turismo: el vino.
Eduardo Rojas (UPV): "Las vides como solución"
Explica Rojas que los pinos son irrecuperables pero que las encinas y oliveras afectadas por esta sequía sí podrían recuperarse con una poda adecuada.
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Juan Magraner
Editor 'Hoy por Hoy Matinal Comunitat Valenciana'...