Las camareras de piso afrontan un verano "en bucle" y sin mejoras: "Terminas el día y solo quieres irte a casa a tomar un ibuprofeno"

València

Las camareras de piso de las zonas turísticas del litoral están inmersas en un verano que viven "en bucle" porque las ansiadas mejoras en sus condiciones laborales no se producen. Así lo asegura la portavoz y presidenta de la Asociación de Camareras de Piso de Benidorm y la Costa Blanca, Yolanda García, que afirma que la media de habitaciones de las que se tiene que encargar a diario una sola profesional es de 20 o 22, en las que, además, suele haber más camas durante las vacaciones familiares.

Llegan a hacer habitaciones con cuatro camas más la cuna y, para que les dé tiempo a terminar su trabajo dentro de su jornada laboral marcada, deben limpiar una habitación cada doce minutos. En picos de trabajo han llegado a tener que hacer 75 camas en seis horas, algo absolutamente "inadmisible", considera García, porque no se puede saber en qué estado está una habitación antes de comenzar a limpiarla, y porque en verano, en las zonas de playa, la arena, las toallas, los hinchables y la humedad, entre otras cosas, hace que sus funciones se ralenticen.

Y todo en un verano en que, como desde hace ya años, las estancias se acortan. Si antes era habitual que una familia pagara un hotel durante diez o doce días seguidos, ahora lo normal es que no esté más de cuatro o cinco, con lo que la limpieza a fondo de las habitaciones se tiene que hacer más a menudo.

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Todo eso normalmente sin reforzar las plantillas y reduciendo solo en una o dos habitaciones la carga de trabajo de las empleadas respecto a la temporada baja. Por eso las bajas laborales, por estrés, ansiedad o dolores están a la orden del día. Asegura Yolanda García que casi todos los días las profesionales van directas a su casa a tomarse un ibuprofeno o a Urgencias a que les pinchen un Nolotil. Son más que frecuentes las inflamaciones de tendones, lumbalgias, ciáticas, túnel carpiano.... Una lista de enfermedades relacionadas con el trabajo que muchas veces no se les reconocen como tal. García reivindica que, ahora que está sobre la mesa la jubilación anticipada para determinados colectivos que realizan trabajos físicamente muy exigentes, se debería incluir entre estas profesiones a las camareras de piso, que suelen acabar su vida laboral pudiéndose enfermas y lesionadas. Así lo dice un informe del Invassat, el Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo, que especifica que dos de cada tres profesionales tienen dolencias crónicas como consecuencia de su trabajo... y nadie hace nada por corregir esta situación.

En cuanto a las medidas que se podrían tomar, apunta a una que aprobó Baleares, aunque no se ha puesto en marcha todavía, como es la compra para los hoteles de camas articuladas o elevables, para que el esfuerzo de moverlas por las camareras de piso sea menor. Dice que se debatió en la Comunitat Valenciana pero la patronal hotelera, Hosbec, dijo que no solucionaba nada y que, además, las camas ya tenían ruedas en algunos hoteles para este fin. Además, recuerda que el nuevo convenio colectivo de la Costa Blanca establece que se convocarán mesas para estudiar la metodología y el ritmo de las camareras de piso y denuncia que esas mesas nunca se han convocado. Por eso pide su convocatoria aunque recuerda que las mejoras en el trabajo de este colectivo pasan por algo tan sencillo como aplicar la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.

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