Ya no hace falta que salga Lay Hoon: Kempes marca el objetivo

Valencia

Ya no hace falta que ahí dentro le den muchas más vueltas a la semántica ni al ornamento. Pueden dejar de pasarse la patata caliente unos a otros. Hace días que nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato y se remiten al "final del mercado" para fijar el objetivo de la temporada. Qué cinismo. Como si algo de lo que vaya a pasar de aquí al próximo día 31 pudiera evitar lo inevitable: que el Valencia vuelva a empezar una temporada con el único objetivo deportivo de sumar 42 puntos lo antes posible.

En ese escapismo, en ese funambulismo de Corona y Solís en sus declaraciones públicas de este mes de agosto con respecto a fijar el objetivo 24/25 también debe haber algo de egoísmo. Si es Singapur quien cierra el grifo, si es Singapur quien marca unas condiciones económicas leoninas, si es Singapur quien obvia que esto es un club de fútbol, que salga Lay Hoon a comerse el marrón de decirle a todo el mundo que la pelea vuelve a ser evitar el descenso.

Que se lo ahorren. De verdad. Bien pensado, no hay un solo valencianista que necesite ver de nuevo el rostro de la señora Lay Hoon Chan leyendo las palabras que le ha escrito un tercero y repitiéndolas como una autómata. Sin saber lo que dice y, sobre todo, sin saber la gravedad que tiene lo que está diciendo para el pueblo de Mestalla. Eso que Kempes denominaba anoche "que la grandeza del Valencia no se pierda en la mediocridad". Lamentablemente, Mario, ya es tarde para eso.

El paupérrimo juego del equipo desde abril y el indigno mercado de REFUERZOS REALES que NO han llegado habla por sí solo con respecto al objetivo: la permanencia. Tratar de evitar el descenso al que la gestión de Lim y sus trompeteros ha condenado al Valencia desde 2019. Si van a salir a hacer alguna declaración pública, que acepten preguntas. Que Lay Hoon nos explique si Peter tiene el club a la venta. Esta desinversión tan evidente solo puede ser el inicio de una transacción futura de la SAD. Que detalle si ese plan de sostenibilidad de tres años que cacarea el director deportivo hace tiempo es el principio de su salida del Valencia. Que la presidenta nos cuente cómo piensan terminar el Nuevo Mestalla con esta economía de guerra. Ambos conceptos son manifiestamente incompatibles. Que Corona y Solís aclaren si han advertido POR ESCRITO a la presidenta y al máximo accionista del ENORME RIESGO de no invertir en mejorar la plantilla. Si van a dar la cara, que sea así. Si salen a vacilarnos con frases del estilo "no vender también es invertir", es mejor que se callen. Con respecto a la planificación del equipo, sería tan fácil como comparecer en sala de prensa y decir: "hemos querido mejorar la plantilla en muchas posiciones, pero no disponemos de presupuesto por parte de la propiedad". Dieciocho palabras. Cortito y al pie.

Les escucho -a ellos, a los que trabajan en el club- celebrar que "no se ha vendido a nadie". Primero: no es verdad. Mienten. Van a vender a Mamardashvili. En diferido, pero lo van a vender. Y quisieron vender a Guerra. Segundo: no vender no debería celebrarse. Tal y como está concebido el Fair Play Financiero de LaLiga, hay que vender. Pero hay que saber qué se vende, cómo se vende y cuándo se vende... para después poder reforzarse. Vender e invertir en mejorar. Como hace el Villarreal. Como hacía Llorente aquí. El Valencia vuelve a NO REFORZARSE DE VERDAD otro mercado más para poder mirar a Europa.

Pedía anoche Kempes a Peter Lim que "dé un paso al lado". Mario se queda corto. Además, el paso al lado ya lo dio en 2019. Al máximo accionista le da completamente igual cómo le vaya al club de fútbol. Es más que evidente hace cinco años. El paso lo tiene que dar atrás. Tiene que vender su mayoría accionarial. Tiene que largarse. Ese es el objetivo principal que compartimos todos los valencianistas. Todos sin excepción. Nos pondremos más o menos de acuerdo en cómo o cuándo protestar y manifestarnos, pero nos une lo importante. Lo único importante. Nadie quiere a Lim aquí un día más.

Después vendrá la segunda parte. El siguiente máximo accionista. En manos de quién cae el Valencia. Ese poder, esa responsabilidad, gracias a Salvo, Aurelio, los patronos y sus trompeteros también lo hemos perdido. Lo perdimos en 2014. Lim decidirá qué quiere hacer con su 92%. Lo importante es que venda el todo o una parte de esa mayoría accionarial cuanto antes. Que empiece a marcharse de verdad y que la gestión de la empresa cambie de manos. Que entre alguien preocupado, obviamente, por ganar dinero con la SAD... a través del éxito deportivo del Valencia. Estando como está la decisión en manos de Singapur tampoco será sencillo. Pero cuando lleguemos a ese río cruzaremos ese puente.

Hasta ese momento, palabras como las de Kempes señalan el objetivo. Y el camino.