Laura González de Vicente, coordinadora territorial de CEAR: "Elegimos Elda como centro por su voluntad de acogida, solidaridad e inclusión"
Las personas acogidas en Elda están a la espera de que el Ministerio de Inclusión les asigne una nueva plaza en un municipio diferente
Laura González de Vicente, coordinadora territorial de CEAR, explica el funcionamiento de la ONG en la que trabaja y porqué la elección de Elda como el nuevo emplazamiento.
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Elda
El antiguo hostal Residencia Elda ofrece alojamiento temporal y atención integral a unas 44 personas que han llegado a nuestro país huyendo de conflictos, persecuciones y situaciones extremas de sus lugares de origen, desde el pasado 13 de agosto. Con la apertura de este edificio, Elda se suma a los centros existentes de Alicante y San Juan para solicitar asilo.
Laura González de Vicente es la coordinadora territorial del Centro de Estancia y Asistencia para Refugiados. Hoy ha pasado por los micrófonos de Hoy por Hoy Vinalopó donde ha destacado que "las personas acogidas en Elda se incluyen dentro de la solicitud de protección internacional que comprende la primera fase de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado".
Las personas acogidas en Elda comprenden un perfil amplio que responde a varios motivos. Los más comunes suelen ser la huida de sus países natales por conflictos políticos, bélicos, climáticos e incluso persecuciones por sus condiciones sexuales. El objetivo principal del centro "es establecer un lugar seguro para que puedan reconstruir sus vidas de forma digna", mientras que la elección de la ciudad de Elda como emplazamiento responde a "la buena voluntad del municipio para ser solidarios, inclusivos y acogedores", asegura González de Vicente.
Los refugiados, en su estancia en el municipio eldense, que se incluye en la primera fase de valoración inicial, tienen el compromiso de realizar un itinerario con varias actividades inclusivas. Algunas son el aprendizaje del idioma, acompañamientos para conocer el entorno y actividades deportivas. Contar con el apoyo, solidaridad del vecindario y una participación real de la comunidad son las claves para el buen funcionamiento del programa y conseguir la felicidad de las personas acogidas.