El Teléfono de la Esperanza de Alicante reclama más recursos para la prevención del suicidio
El año pasado, la provincia de Alicante aglutinó un total de 229 llamadas sobre este asunto, diez de ellas con un suicidio en curso, en siete de las cuales se pudo intervenir
Alicante
El próximo 10 de septiembre se celebra el Día Internacional para la prevención del Suicidio, y el Teléfono de la Esperanza ha programado previamente, el día 6 en el ADDA, un taller enfocado a concienciar y a pedir un cambio en las políticas, para que se destinen más recursos a dicha prevención.
En 2022, la Comunitat Valenciana copó 447 consultas de las 4.247 sobre el suicidio, que recibió este teléfono de ayuda.
Aunque el motivo principal de esas llamadas es la soledad en un 45% de los casos, otras relacionadas con problemas con los hijos, rupturas de pareja o dificultades económicas, contribuyen a un deterioro de la salud mental, que puede desembocar en crisis de suicidio, explica Germán Ricardo, coordinador del teléfono en Alicante.
El año pasado, la provincia de Alicante aglutinó un total de 229 llamadas sobre este asunto, diez de ellas con un suicidio en curso, en siete de las cuales se pudo intervenir. Este año, comparando los datos actuales en el ecuador del verano, se espera que haya en torno a 30 menos, aunque el motivo puede ser también porque existan más recursos para canalizar este tipo de gritos de auxilio.
Y es que ahora mismo, el trabajo que realiza la administración, explica Ricardo, es muy insuficiente. Además, es necesario que deje de ser una cuestión tabú, opina el coordinador. "Se debe trabajar desde parámetros constructivos", informar alejándose del morbo y hacer énfasis en la salud mental y en alternativas de ayuda, explica.
Germán Ricardo, coordinador del Teléfono de la Esperanza de Alicante: "Las políticas en materia de prevención de suicidios son bastante insuficientes"
Las peticiones de socorro aumentan en el tramo de 45 a 55 años, pero también en los mayores de 70, y se ha comprobado un repunte en el suicidio juvenil; por eso hay que elaborar planes específicos, señala.
El teléfono de la esperanza emplea dos años para formar a las personas que lo atienden, ya que una mala estrategia puede acabar aumentando la gravedad de la situación. De hecho, querer ayudar y formarse y capacitarse, son los dos únicos requisitos para convertirse en uno de estos voluntarios. Así, quien busca ayuda siente que no está siendo juzgado y que se le están ofreciendo salidas posibles, explica.
Germán Ricardo, coordinador del Teléfono de la Esperanza de Alicante: "El teléfono no juzga"
Además, siempre hay un lapso de tiempo, comprobado en las personas salvadas de un intento de suicidio, donde la mayoría admitió que "suicidarse no era la solución". Y eso sirve para demostrar a quien pasa por una de estas crisis que la solución no está en dar vueltas a lo que a uno le está pasando, sino en tratar primero la salud mental, y buscar después salidas creativas al problema concreto.
Sonia Martín
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