El Levante UD medita acudir a una segunda ampliación de capital para no dar pérdidas

Valencia

El Levante se marcó una cifra de ingresos por traspasos de 18,4 millones de euros al cierre del ejercicio 2023-24 para reequilibrar la situación financiera y que no ha podido cumplir.

El club le encomendó a su director deportivo, Felipe Miñambres la tarea de generar varios millones de euros con la venta de jugadores que dotasen de cierta estabilidad económica a la sociedad y al mismo tiempo le permitiera reforzar la plantilla en algunas posiciones que demandaba Julián Calero.

Sin embargo, la realidad del verano es que los dos mayores traspasos han sido la venta de los canteranos Buba Sangaré a la Roma por 1,6 millones de euros y de Carlos Jiménez al Al Qadsiah de Arabia Saudí por 200.000.

Con posterioridad se cerró la cesión de Dani Gómez al Valencia por 150.000 euros y se obtuvo la misma cantidad por el traspaso de Bouldini al Deportivo de la Coruña porque el 50% de sus derechos pertenecían al Fuenlabrada.

El mercado de fichajes para los clubes de Segunda división ha sido ruinoso y ningún club podrá salvar su prepuesto gracias a sus grandes ventas. El pódium de los traspasos lo ocuparon el racinguista Peque que firmó en el Sevilla por 4 millones, el zaragocista Alejandro Francés que se marchó al Girona por 3,5 millones y el Valladolid, que con su ascenso a Primera, ejecutó la compra de Víctor Meseguer por 3 millones. El resto de ventas estuvieron por debajo de esta cantidad y hay una decena de clubes de la Liga Hypermotion que no hicieron ni una operación de traspaso.

Felipe Miñambres y el consejero delegado José Danvila se han pasado la mitad del mes de agosto manteniendo reuniones en Madrid con La Liga, con directores deportivos, con presidentes de clubes y con agentes para intentar vender a Pablo Martínez y a Kochorashvili, pero la realidad es que solo han recibo una oferta del fútbol árabe por Carlos Álvarez por 5 millones de euros y de los cuales el Sevilla hubiera percibido el 30% de los derechos económicos.

El Levante entendió que esa venta neta no se correspondía con el verdadero valor de mercado del mediapunta hispalense, ni el millón de euros que también rechazó del Real Valladolid por Pablo Martínez.

El atropellado cierre de mercado obligó, al Consejero Delegado, José Danvila y al presidente Pablo Sánchez, a depositar ante la Liga 400.000 euros de su patrimonio personal para cerrar las inscripciones de Iborra, Pampín, Pablo Martínez y Alfonso Pastor (con licencia del filial), además de generar un espacio con el despido de Rober Ibáñez.

Según ha podido saber la Cadena SER, el Consejo de Administración se reunirá en los próximos días para revaluar la situación financiera y estudiará acudir a una segunda ampliación de capital que inyecte más dinero en la sociedad para corregir ese desfase presupuestario por la falta de ventas significativas y que podría generar tensiones de tesorería hasta la apertura de la nueva ventana del mercado de invierno en el que se podría realizar la venta de algún jugador.

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