Una hermosa historia

Alcoy

Le pegas un vistazo a la hemeroteca alcoyana de los últimos 30 años y llegas a una conclusión irrebatible: la noticia más positiva y más esperanzadora que ha generado esta ciudad en su historia reciente ha sido, con mucha diferencia sobre el resto, el nacimiento y el exitoso desarrollo del campus de la Politécnica en las antiguas fábricas de Ferrándiz y Carbonell. En un Alcoy acostumbrado a ver cómo sus proyectos estratégicos se eternizan en una maraña interminable de problemas políticos y económicos, el rigor de la Universidad es una maravillosa excepción, sobre la que se sustentan algunos de los escasos motivos para el optimismo que tiene una sociedad alcoyana inmersa en una perpetua crisis de autoestima.

Con estos antecedentes de fondo, cobra especial relevancia en el anuncio efectuado por el director del campus para la puesta en marcha del parque científico del edificio Bambú. La rapidez con la que se ha efectuado la cesión de las dependencias de AITEX a la Universidad y la inmediata presentación de los detalles del proyecto nos permiten albergar los mejores augurios en torno a esta iniciativa. Se reproduce un modelo ejemplar que ha dejado clara su efectividad: recuperación de un inmueble singular de nuestro pasado, para convertirlo en impulsor de actuaciones innovadoras, destinadas a mejorar las perspectivas de futuro de la ciudad. De propina, pero con igual importancia, la Politécnica mantiene su idilio con el centro de Alcoy y con esta nueva actuación se consolida como principal responsable de que en el casco histórico de esta ciudad todavía quede un poquito de vida.

Es ésta pues, una hermosa historia. Para que mantenga una continuidad a lo largo de los próximos años sólo se necesita una cosa: que las instituciones políticas y económicas de Alcoy sean conscientes de la importancia del campus y que le presten la más absoluta colaboración a una universidad que ha demostrado con creces su compromiso con esta ciudad.