Un año sin novedades sobre el cambio de nombre de València
La alcaldesa María José Catalá explica que están a la espera de la llegada del informe de un jurista, pero la oposición cree que es un ejemplo de la forma de su forma de gobernar: decir mucho, pero hacer poco
Juanma Badenas, de Vox, tapa la tilde de València con una bandera de España / Vox
València
Este jueves 26 de septiembre se cumple un año desde que el pleno del Ayuntamiento de València iniciara los trámites para cambiar el nombre oficial de la ciudad y el expediente sigue en manos del gobierno local. La propuesta incluía devolver la denominación bilingüe, pero con acento cerrado en el caso del valenciano, pese a que no es una no es una forma aceptada por la Acadèmia Valenciana de la Llengua, la institución normativa.
Doce meses después el Gobierno local de València aún no ha recabado los informes necesarios para continuar con el trámite.
Algo que la oposición aprovecha para afirmar que el gobierno local dice mucho, pero hace poco. Papi Robles, la portavoz de Compromís, considera que "Catalá es todo fachada, sólo le interesaba el titular, pero cuando le tocaba gestionar no ha hecho nada".
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Papi Robles (Compromís), sobre el cambio de nombre de la ciudad
En parecidos términos se ha pronunciado el portavoz del PSPV, Borja Sanjuán, que apunta que el gobierno local "no ha hecho nada, se quedó en eso esa noticia histriónica para escribir mal el nombre de València para agradar a los ultras de Vox".
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Borja Sanjuán (PSPV), sobre el cambio de nombre de la ciudad
Pero la alcaldesa Catalá explica que están a la espera del informe de un linguista y recuerda que el anterior gobierno tardó año y medio cuando cambió el nombre.
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María José Catalá (Alcaldesa), sobre el cambio de nombre de la ciudad
Siguientes pasos
El acuerdo del pleno el pasado mes de septiembre solo era el primer paso. El consistorio todavía debe recabar todos los informes técnicos para justificar el cambio de nombre y, una vez terminado este proceso, lo debe volver a llevar a la sesión plenaria para aprobar el cambio de nombre.
En ese punto, el procedimiento pasará a la Generalitat, que deberá recabar informes de la AVL que, además, son vinculantes y puede rechazar el cambio de topónimo. Algo que es previsible que ocurra ya que la fórmula València con acento cerrado no está aceptada por esta institución, que según el Estatut d'Autonomia es el organismo normativo del valenciano.
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