Un VBC mejorable, pero con el sello reconocible de Pedro Martínez

València

Fue solo el primer partido de la Eurocup. Había que ganar y se ganó, que es lo importante en el estreno. Un debut descafeinado, con un pabellón semi vacío y lejos del embrujo de la Euroliga. Pero Valencia cumplió contra Hapoel Jerusalén en el arranque del que, ojalá, sea el último baile de la Eurocup. El juego, como no podía ser de otra forma en un primer partido, es muy mejorable. Pero el equipo taronja nos enseñó ya algunas de la señas de identidad que persigue Pedro Martínez: seriedad, rigor, rotaciones constantes, buen nivel defensivo y alternativas en ataque para no caer siempre en la tentación del tiro de 3. Tengo la impresión que va a ser el último baile en esta Eurocup y que Valencia bailará hasta el final.

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