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El óptico-optometrista te ayuda a cuidar tu salud visual en todas las etapas de la vida: revisa tu visión al menos una vez al año

¿Cuánto hace que no revisas tu visión? ¿Estás seguro de ver bien? ¿Sabes si puedes ver mejor?

El óptico-optometrista te ayuda a cuidar tu salud visual en todas las etapas de la vida: revisa tu visión al menos una vez al año / COOCV

València

Coincidiendo con el Día Mundial de la Visión, celebrado el 10 de octubre, el Colegio de Ópticos-Optometristas de la Comunitat Valenciana (COOCV) anima a los ciudadanos a entrar a su óptica de confianza y pedir cita con el óptico-optometrista para revisarse la visión al menos una vez al año.

Según el Libro Blanco de la Salud Visual en España, la visión es el sentido más preciado para el 92% de la población, sin embargo, un tercio no la revisa regularmente. Un mal hábito que provoca que gran parte de estas personas no gocen de una óptima salud visual.

"Las revisiones visuales permiten detectar a tiempo alteración visuales como la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo, la presbicia, etc. que pueden compensarse con las correspondientes ayudas ópticas", afirma Andrés Gené, presidente del COOCV, que explica que "el óptico-optometrista en caso de identificar en estos exámenes signos sospechosos de patologías visuales como el glaucoma o la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE), entre otras, deriva inmediatamente al paciente al oftalmólogo para su valoración y tratamiento en caso de ser necesario".

El óptico-optometrista te ayuda a cuidar tu salud visual en todas las etapas de la vida: revisa tu visión al menos una vez al año

El óptico-optometrista te ayuda a cuidar tu salud visual en todas las etapas de la vida: revisa tu visión al menos una vez al año / COOCV

Visión infantil

Es fundamental realizarse revisiones visuales con regularidad y especialmente en el caso de los niños ya que sus ojos están en constante desarrollo y su visión debe estar lo mejor posible ahora y en el futuro.

Para ello, los padres y los profesores deben estar atentos a las señales que pueden indicar que existe un problema de visión como: entrecerrar los ojos, poca capacidad de atención, dolores de cabeza o tener una mala coordinación mano-ojo, entre otras.

La detección precoz de cualquier anomalía visual en estas edades, es fundamental para una mejor corrección o tratamiento, ya sea con ayudas ópticas o rehabilitación visual a través de la terapia visual.

En este sentido, una revisión visual completa antes de entrar en la escuela permite detectar a tiempo cualquier problema visual que dificulte su rendimiento académico. El óptico-optometrista evaluará si tiene miopía, hipermetropía, astigmatismo, ambliopía u ojo vago, una buena visión binocular, una coordinación adecuada de los ojos, etc... En el caso de detectar alguna de estas alteraciones visuales, prescribirá al niño la mejor solución óptica o el tratamiento más pertinente.

"Una buena visión puede determinar el éxito y el fracaso escolar porque es entre la niñez y la adolescencia, cuando requieren de una demanda visual mayor para atender a las clases y estudiar", señala Gené.

En la actualidad, se estima que hay un 30% de escolares con disfunciones visuales no detectadas que pueden dificultar su rendimiento académico y el aprendizaje.

La miopía en niños y adolescentes

Especial atención merece en este punto la miopía. Cada vez son más los niños y adolescentes que presentan esta alteración visual hasta el punto que alcanza proporciones de pandemia.

"Es en la etapa cuando la miopía suele progresar, para minimizar los factores de riesgo los ópticos-optometristas recomendamos algo tan sencillo como pasar entre 80 y 120 minutos diarios realizando actividades al aire libre. De esta forma, se reduce el tiempo que están utilizando la visión en distancias cortas y se estimula la visión de lejos", explica el presidente del COOCV.

A su vez, los expertos recomiendan moderar el tiempo que pasan niños y adolescentes frente a pantallas electrónicas, ya sean teléfonos móviles, ordenadores o tablets, ya que a corto y medio plazo provocan fatiga visual cuyos síntomas son picor de ojos, visión doble o borrosa, dolor de cabeza e incluso tensión en el cuello y la espalda.

"Una fórmula sencilla y eficaz para evitar esta fatiga visual es, además de parpadear periódicamente, utilizar la regla 20/20 lejos, es decir, descansar la vista 20 segundos cada 20 minutos y mirar a lo lejos", afirma Andrés Gené.

La visión en la edad adulta

A medida que nos vamos haciendo mayores es fundamental visitar al óptico-optometrista al menos una vez al año para revisar la visión, ya que el 80% de los españoles mayores de 18 años tiene algún defecto visual, y el 60% de la población mayor de 40 años padece un defecto refractivo como la miopía, el astigmatismo o la hipermetropía. "La detección de estos defectos visuales y su posterior control y seguimiento en el mundo laboral ayudarían a la mejora de la salud visual de la población", destaca Andrés Gené.

El envejecimiento y la salud visual

Los estudios lo dejan claro, la pérdida de visión está relacionada con una discapacidad para realizar las labores del día a día en personas mayores y las exponen a sufrir más accidentes. El cuidado de la visión en esta etapa requiere un enfoque integral que abarque revisiones periódicas, hábitos saludables, y medidas preventivas.

Por estos motivos, las revisiones visuales son vitales, ya que a partir de los 60 años se pueden desarrollar enfermedades como cataratas, DMAE p glaucoma, entre otras, que producen pérdida de visión permanente. En la vejez los exámenes visuales completos son necessarios para detectar a tiempo estas patologías y buscar inmediatamente la mejor solución o tratamiento dado que cuanto antes las trata el oftalmólogo mejor pronóstico tienen. Si tras el tratamiento persiste una discapacidad visual y aún se conservan restos de visión, el optometrista puede recomendar y adaptar ayudas para baja visión, ya que esta no se corrige completamente con gafas convencionales. Entre las posibles ayudas se incluyen dispositivos como lupas, telescopios de mano o lentes especiales, con el objetivo de mejorar la calidad de vida del paciente.

También es importante la óptima adaptación a las lentes, por ello el optometrista educa al paciente sobre su correcto uso, especialmente si son gafas progresivas. “Tu visión es tu ventana al mundo. ¡Cuídala! Revisa tus ojos cada año”, insiste Andrés Gené.

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