Adicción a los videojuegos. Una enfermedad que se puede prevenir con la implicación de todos
Laura Fuentes y Laura Mateo nos hablan de un tema que preocupa a muchas familias en Villena
Laura Fuentes y Laura Mateo
Villena
Los videojuegos han capturado la atención de niños y adultos por igual durante décadas. Mientras que los videojuegos pueden proporcionar entretenimiento y diversión, el juego excesivo puede llevar a la adicción. La adicción a los videojuegos es una enfermedad en la que la persona se obsesiona con el juego, llegando un punto en el que el juego se vuelve el objetivo principal de la vida de una persona. Esta adicción a los videojuegos puede tener consecuencias negativas físicas, sociales y emocionales.
Los videojuegos son una forma de entretenimiento que cada vez atrae a más personas. Esta industria tiene muchos beneficios, pero también puede llevar a la adicción. Esta adicción a los videojuegos puede causar problemas a corto y largo plazo para los jugadores.
A corto plazo, los jugadores con una adicción a los videojuegos pueden experimentar dificultades para llevar a cabo sus tareas diarias. Esto incluye su trabajo, clases, tareas domésticas y relaciones sociales. La adicción a los videojuegos puede afectar la productividad y la calidad de la vida.
Los efectos a largo plazo son aún más graves. Los jugadores con una adicción a los videojuegos pueden experimentar problemas de salud mental y física. Esto incluye aumento de la ansiedad, trastornos del sueño, depresión y problemas de concentración. Estos problemas pueden afectar la calidad de vida del jugador y la de las personas que lo rodean. Las personas que desarrollan problemas de adicción a los videojuegos se van desconectando progresivamente de la vida en el contexto real para ir sumergiéndose en el mundo alternativo e irreal de los videojuegos. Lo habitual es que primero se empiezan a dejar de lado todas las cuestiones de vida que tienen que ver con lo opcional para finalmente terminar desatendiendo también las obligaciones y responsabilidades. Estas personas presentan habitualmente problemas relacionados con la gestión emocional frente a disparadores (estrés, aburrimiento, soledad, vacío existencial, etc…), carencias relacionadas con las habilidades sociales, autoestima y algunas otras cuestiones que requieren un tratamiento y entrenamiento que ayuden a reestructurar los patrones de pensamiento y los hábitos de vida saludables.
Además, los jugadores adictos pueden tener problemas financieros si se gastan más de lo que pueden permitirse en videojuegos. Esto puede llevar a problemas de deuda y relaciones rotas.
Los videojuegos pueden ser divertidos y estar llenos de beneficios, pero también pueden ser adictivos. Si los jugadores no tienen cuidado, pueden sufrir las consecuencias a corto y largo plazo. Por lo tanto, es importante que los jugadores sean conscientes de los peligros de la adicción a los videojuegos y busquen ayuda si lo necesitan. Al fin y al cabo, hay que recordar que los videojuegos deben ser una forma de entretenimiento saludable y no una forma de evadir la realidad.
No fue hasta 2022 cuando la OMS declaró la adicción a los videojuegos como una enfermedad.