Los enfermos de covid persistente denuncian la falta de investigación: "Las administraciones nos han abandonado"

València

El president de la Generalitat, Carlos Mazón, ha presidido esta tarde en el Umbracle de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de València el homenaje organizado por la Generalitat en recuerdo de las víctimas de la pandemia de COVID-19. El coronavirus se llevó la vida de más de 10.500 personas aquí en la Comunitat, pero ha dejado secuelas importantes a otras muchas.

Por La Ventana Comunitat Valenciana ha pasado Marina Ibáñez, portavoz del Colectivo de Covid Persistente de la Comunitat, que ha explicado que aunque no existen cifras oficiales sobre el número de personas afectadas, se estima que en España pueden llegar al millón y medio, según la Organización Mundial de la Salud, que ha clasificado más de 200 síntomas relacionados con la covid persistente.

Marina sufre 36 de esos síntomas. "Tengo fatiga extrema, insomnio crónico, cólicos renales, taquicardia, bradicardia, falta de concentración, pérdida de olfato y gusto que no he recuperado absolutamente nada. Esto me provocó un ictus. Tengo una fisura en el esófago, dolor articular y muscular, llagas en la boca, alopecia, se me cae el pelo las uñas", explica.

Recuerda que en 2020, cuando nos dimos de bruces con la pandemia, se pusieron muchos medios, mucho dinero para conseguir en tiempo récord, una vacuna. Pero cuatro años y medio después la gente parece que se ha olvidado de todo lo que pasó y, lo que es peor, "las administraciones nos han abandonado", denuncia.

"Afortunadamente me he encontrado con gente muy buena, con grandes profesionales que me han entendido. Al principio, casi todos los médicos nos decían que esto era todo psicológico. Yo no lo no lo niego, pero yo no me puedo provocar un cólico al riñón, ni una taquicardia, ni una bradicardia", explica Marina.

"No hay investigación. La única solución que nos dan los especialistas y médicos de cabecera es intentar darnos una comodidad de vida o una mejora de vida, dentro de sus posibilidades", critica la portavoz del colectivo de Covid Persistente.

Además de la falta de investigación, otro de los grandes problemas que sufren es que muchos han tenido que dejar de trabajar por culpa de las secuelas del covid. "Hay días en los que es imposible trabajar, es muy complicado, pero muchos de nosotros nos vemos obligados a volver a trabajar y a los cuatro días coger la baja otra vez y otra vez y esto al final termina siendo un motivo de despido".

Marina lamenta que "las empresas no empatizan y además, es muy complicado conseguir la incapacidad porque el tribunal médico no ve bastante pruebas. Yo soy pensionista desde hace años, pero hay mucha gente que lo está pasando muy mal porque no tienen recursos y no puede trabajar".

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