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"Viñas y Relatos", con el enólogo y narrador Rafael Poveda: La visita de Andersen a Alicante

Poveda: Nosotros, para conocernos, debemos leer a los extranjeros que nos han visitado."

Rafael Poveda, enólogo e historiador sobre Andersen

Elda

Viñas y Relatos" es un espacio cultural del programa Hoy por Hoy Elda Vinalopó, donde se fusionan la tradición vinícola y la literatura. En él, el enólogo e historiador Rafa Poveda nos transporta a través de historias que maridan a la perfección con los vinos de la región. En uno de sus artículos, Poveda evoca la visita del célebre escritor danés Hans Christian Andersen a Alicante en 1862.

Hans Christian Andersen en Alicante

©Rafael Poveda

R. P.

R. P.

En la primera década del siglo XXI vendíamos cientos de miles de botellas de vino de Alicante en Dinamarca. Los importadores nos pedían etiquetas con colores naranjas que evocaran el sol de nuestra tierra y excitaran el gusto por el mediterráneo en los interminables inviernos grises y plomizos de norte escandinavo. Es por ello que no me extraña que el danés Hans Christian Andersen (Odense 1805- 1875) incluyera Alicante en su famoso viaje por España. Andersen nació pobre, feo y enclenque. Sin embargo, una bruja de su pueblo vaticinó que aquel niño "haría brillar Odense en el mundo". Empezó como cantante, pero su voz atiplada y femenina cambió de repente dejándolo sin trabajo. Se dedicó a la escritura y triunfó.

El autor de los famosos cuentos "El Patito feo", "La Sirenita" o el "Traje nuevo del Emperador" visitó Alicante en 1862 acompañado del joven Jonás. Se hospedaron en la fonda de Bossío y así describe su primera comida: "Una escalera ancha nos condujo a habitaciones amplias, con esteras de junco por el suelo. Las ventanas estaban abiertas de par en par, mas no se movía ni un soplo de aire. Nos trajeron frutas incomparables, uvas de moscatel zumosas y tersas, y vino llameante, el tipico de Alicante. El rumor del reflujo del mar fue nuestra música de sobremesa, las estrellas del cielo, la iluminación; hacía una noche de verano como no la había experimentado nunca”.

El paseo por el mercado le deslumbró: "Aquí amontonaban las naranjas como las patatas en Dinamarca; cebollas y uvas enormes colgaban de las vigas verticales, cual si brotasen de la madera muerta. Por fuera se extendía la calle principal de la ciudad, con edificios imponentes, entre los cuales destacaba, más que ninguno, el Ayuntamiento.".

Maniático y quisquilloso, Andersen fue invitado por Charles Dickens a pasar unos días en su casa de Inglaterra. Después de marcharse, el británico puso una placa en la puerta de la habitación: "Aquí estuvo Hans Christian Andersen durante cinco semanas, aunque ha nosotros nos pareció una eternidad".