Consejos para tener un cachorro saludable
Hoy vamos a hablar sobre las necesidades que tiene un cachorro, ya sea perro o gato, cuando llega a la familia
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- Una buena alimentación. Una buena alimentación es básica para una buena salud. No os voy a decir qué piensos debéis comprar, cada uno que le dé, dentro de sus posibilidades, lo mejor de lo que se pueda permitir, tu veterinario te puede orientar.
- Segundo: desparasitación. Súper importante desparasitar, al llegar a casa y durante el resto de su vida. Tanto interna como externamente.
- Vacunas. De quién, cómo, cuándo, dónde y por qué se vacunan. Porque las pautas de vacunación no son fruto del azar, los veterinarios no tiramos un dado y decimos a este gato 3 vacunas o a este perro cinco.
¿Entonces cómo se hace?
Villena
Todo viene estipulado por unas directrices que elaboran expertos en la materia, como son El Grupo de Directrices de Vacunación (GDV) de la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA)
Una breve introducción.
Lo primero de todo, y dicho de una manera simple que se pueda entender, ante cualquier virus/bacteria/hongo/parásito que entre en nuestro organismo, los encargados de luchar contra ellos son nuestras defensas, nuestro sistema inmune, que a grandes rasgos comprende la inmunidad celular (mediada por células - linfocitos, macrófagos) y nuestra inmunidad humoral, que no es que según estemos de humor ese día, alegres tristes, vamos a reaccionar, no, la inmunidad humoral son los anticuerpos. Y ahí quería llegar, a los ANTICUERPOS. Quedaos con esa palabra.
Y también quería hablaros de qué es una vacuna, ese liquido que nos inyectan. Ese líquido contiene el virus (pero de una manera que no es patógeno) o trocitos de ese virus. ¿Para qué sirve? Para que nuestro cuerpo lo identifique como un patógeno y creemos defensas para combatirlo. Digamos que se quede con su cara y en el momento que entre el verdadero virus infectante diga: eh! ¡Yo a este lo conozco! Y lo ataque directamente.
Como hablabamos en el último programa, la madre (perra/gata), transmite, generosamente, sus anticuerpos a sus cachorros, vía calosotro, cuando maman en las primeras horas después de nacer. Se llaman Anticuerpos de origen materno. Esos anticuerpos van a ayudar a los cachorros en el caso de que entren en contacto con algún patógeno. Van a ser sus defensas. Esto es buenísimo. Pero no del todo. Porque también, esos mismos anticuerpos, van a interferir con las vacunas que podamos ponerle al cachorro, por lo que, si vacunamos al cachorro y aún tiene anticuerpos maternos, la vacuna no va a ser efectiva. Lo ideal entonces sería vacunarlo cuando esas defensas desaparezcan.
Pero, ¿cuándo es eso? Porque los anticuerpos maternos pueden durar 6,8 semanas, 12…
Entonces, si los anticuerpos maternos en algún momento desaparecen, y aún no le hemos puesto vacunas, tienen un periodo en el que están más expuestos a cualquier enfermedad, a eso lo llaman la “ventana de susceptibilidad”.
Como sabemos que los anticuerpos pueden empezar a desaparecer a las 6 semanas, es entonces cuando empezamos a vacunar. Y como no sabemos cuándo será el momento de la desaparición, se vacunan periódicamente, cada 2-3 semanas, dependiendo del caso y de las vacunas utilizadas, para que, en el caso, de que los anticuerpos maternos desaparezcan, el periodo entre esa desaparición y la vacuna sea lo más corto posible.
Así que ya tenéis la explicación de el por qué de tantas vacunas siendo cachorro.
Se ponen las vacunas desde más o menos las 6-8 semanas de edad y cada “x” semanas hasta las 16 semanas, porque así nos aseguramos de que cuando los anticuerpos maternos disminuyan, que no sabemos cuándo será, habrá una vacuna puesta poco después. Cuanto más frecuentemente se administren estas vacunas, más estrecha (o más corta) será la “ventana de susceptibilidad” del cachorro, que es el periodo donde no tiene ninguna defensa, ni la de la madre, ni la de la vacuna.
Tu veterinaria en casa, Mercedes Sánchez @mervet.encasa