FEVADACE denuncia que un 55% de los afectados por daño cerebral adquirido no tiene reconocida su discapacidad

Alicante

Hoy, 26 de octubre, se celebra el Día del Daño Cerebral Adquirido, una lesión que en la provincia de Alicante afecta a casi 20.000 personas, de las cuales menos del 1% tiene acceso a plazas públicas o concertadas en residencias y centros de día específicos.

Es la denuncia que hacen desde la Federación de Daño Cerebral de la Comunidad Valenciana, FEVADACE, quienes añaden que el 55% de los afectados no tiene reconocida su discapacidad para poder asignarle un recurso específico.

Además, señalan que solo tres departamentos de Servicios Sociales concentran las 100 plazas públicas o concertadas en la provincia. La Marina Alta reúne las 55 plazas residenciales mientras que L'Alacantí y el Baix Vinalopó suman 55 plazas en centros de de atención diurna. El resto de comarcas, señalan, quedan sin ningún tipo de recurso.

Una realidad, aseguran desde FEVADACE, que contrasta con las 660 plazas residenciales que serían necesarias para atender a las personas con daño cerebral adquirido en la provincia con una discapacidad igual o superior al 75%. En el caso de los centros de atención diurna, sería 3.175 personas, con una discapacidad entre el 45 y el 75%, las que aspirarían a este recurso.

Daniel Abad, coordinador de FEVADACE, lamenta que la gran mayoría de afectados por daño cerebral adquirido "no tiene una respuesta clara" pese a las grandes secuelas que produce esta lesión. Reclama también un código de Daño Cerebral Adquirido al alta hospitalaria para conocer qué personas están atendidas en otros centros generalistas y cuáles son sus necesidades reales.

El 55% de las personas afectadas por daño cerebral adquirido en la provincia son mujeres por el 45% de hombres. La franja de edad entre los 75 y los 89 años registra el 42,6% de todos los afectados y la causa más frecuente son los accidentes cerebro vasculares en un 88% de los casos.

Una discapacidad que condiciona el desarrollo de la vida diaria y se manifiesta en problemas de movilidad y comunicación, dificultado para planificar y tomar decisiones, en alteraciones de la memoria y en rigidez cognitiva.

Daniel Abad señala que un afectado por daño cerebral adquirido "empieza una nueva vida" y critica que "no se esté facilitando recursos que les ayuden".