Felipe Orts, subcampeón de Europa
El ciclista de La Vila Joiosa firma la carrera de su vida en Pontevedra
Benidorm
Desde que hace tres semanas arrancara su temporada invernal con la octava plaza en el Be-Mine Cross belga, Felipe Orts había venido avisando a todo aquel que quisiera escuchar, de su buen estado de forma. Unas palabras que, además, quedaban luego refrendadas por las buenas actuaciones realizadas en las seis carreras de este primer bloque competitivo que han culminado con una espectacular medalla de plata en el Campeonato de Europa celebrado este domingo en Pontevedra.
Un subcampeonato cargado de significado y de emoción para el corredor valenciano. Y no sólo, evidentemente, por el hecho de haber sido el mejor resultado de toda su carrera deportiva en el ámbito internacional; sino por el componente emocional que tiene para un deportista valenciano que durante todo el fin de semana lució en su maillot, junto al corazón, un lazo negro en homenaje y recuerdo de las víctimas de la DANA.
Fue en la quinta de las nueve vueltas que configuraron el rapidísimo Campeonato de Europa de Pontevedra cuando Felipe Ortsrealizó el movimiento que acabaría desencadenando todo lo que vino después. Después de una primera mitad de carrera en la que el jefe de filas de la selección española se dejó ver como nunca lo había hecho antes, el de La Vila Joiosa lanzó un duro, seco y prometedor cambio de ritmo que, al menos en primera instancia, sólo fueron capaces de seguir los belgas Thibau Nys y Eli Iserbyt.
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El trío pudo, gracias a ese empuje del español, abrir un pequeñísimo hueco que, por detrás, intentó cerrar el defensor del título, Michael Vanthourenthout, hasta que el sentido común o las indicaciones desde el box belga le hicieron ver que correr a la caza de dos compañeros de equipo sólo iba en beneficio del neerlandés Lars van der Haar (campeón en 2015 y 2021), que desde entonces iba a tener que hacer todo el trabajo en solitario.
A tres giros para el final de la carrera, Orts y Nys se destaparon de manera definitiva como los más fuertes de la jornada dejando atrás a un Iserbyt que, aunque llegó a contactar brevemente con el dúo hispanobelga, no tardó en volver a perder contacto y ser alcanzado por el grupo perseguidor, donde se dedicó a guardar fuerzas para, al menos, asegurar el bronce final.
Thibau Nys, hijo de Sven ‘El Caníbal’ (hasta la llegada de los Van der Poel y Van Aert, el mejor crosser de la historia) llevó a Felipe Ortsal límite en cada sección del circuito gallego tratando de adivinar dónde estaba la debilidad de un vilero que parecía correr sin cadena.
Orts, por su parte, evidenciaba que estaba sufriendo como nunca, pero llegados a estas alturas de la jornada, cuando sólo restaba una vuelta para pelear por las medallas, nadie tenía dudas de que el vilero no se iba a bajar del cajón del podio. La única duda por despejar era la de saber si, pese al evidente sufrimiento que iba mostrando, sería capaz de sacar todavía algo de fuerza para dejar atrás a Nys.
En el paso por los tablones, uno de los obstáculos que mejor se le han dado a Orts históricamente, quedó claro que no. Que la plata iba a ser su justo y más que merecido premio. El belga los saltó sin desmontar de la bicicleta mientras que el español, extrañísimo en él, desmontó, signo evidente de verse con las fuerzas al límite y de necesitar asegurar lo que ya y tenía.
Finalmente, Thibau Nys se colgó el oro y Felipe Orts, que en el podio se señaló con emoción el lazo negro que le acompañó durante toda la prueba en recuerdo de los centenares de fallecidos por la DANA, celebró con esa medalla de plata su mejor día sobre una bicicleta desde aquella otra plata, entonces en Sub-23, del Campeonato del Mundo de Bieles.