Indignación justificada

València

En cualquier circunstancia y mucho más en lo que va a ser una de las grandes catástrofes de la historia en Europa conviene afinar y acertar en el análisis evitando demagogias de un lado u ocultar responsabilidades por otro. En los próximos días seguiremos hablando de pasado, presente y futuro. Del porqué ha pasado, desde las consecuencias del cambio climático y las previsiones meteorológicas al sistema de alarmas y alertas hacia la población pasando por el urbanismo que se hizo, la falta de obras antiriadas o la limpieza de cauces. Del futuro que vendrá con la gestión del duelo, ayudas a los damnificados y reconstrucción de infraestructuras, empresas y comercios. Pero ahora vivimos el presente todavía pendiente de saber qué ha pasado con todos los desaparecidos pero haciéndonos la gran pregunta. Cómo es posible que 6 días después numerosas poblaciones siguen con sus calles llenas de barro, lodo, enseres y todo tipo de residuos sin que nadie haya ido a retirarlos. Dónde está el ejército se ha preguntado la ciudadanía con toda la razón. Por qué el president de la Generalitat, Carlos Mazón, no pidió desde el primer día decenas de miles de soldados y luego los ha ido solicitando a cuentagotas. Por qué el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viendo que no se los pedían no asumió el mando. Lo que está visto es que aquí prácticamente el único ejército que se ha visto en las primeras 100 horas de catástrofe es el de la gente anónima armados con cubos y escobas. Y todavía se sorprenden cuando la gente se indigna. Es lo mínimo de lo mínimo.

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