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La Justicia perdona una deuda de 68.000 euros a un vecino de La Nucia con la Ley de Segunda Oportunidad

El padrastro puso a su nombre una empresa de transportes

Ley de Segunda Oportunidad: borrón y cuenta nueva cuando nos ahogan las deudas / Cadena SER (Getty Images)

La Nucía

Un nuevo ejemplo de aplicación de la Ley de Segunda Oportunidad. El Juzgado Mercantil de Alicante ha perdonado una deuda de 67.898 euros a un vecino de La Nucia cuya situación de insolvencia se originó con una empresa que su padrastro puso a su nombre y quebró provocando deudas con la Seguridad Social.

La insolvencia del hombre, explican desde su despacho de abogados, fue el resultado de una serie de circunstancias económicas y personales que golpearon su estabilidad financiera de manera significativa. En el año 1991 trabajaba en el campo en Córdoba y sufrió una grave lesión en una pierna que le dejó secuelas de por vida.

En el 1996 su padrastro le puso como administrador social de una empresa de transportes, pero quebró y sin que él lo supiera no hizo frente a las cuotas pendientes con la Seguridad Social, por lo que se le exigió la cuantía pendiente.

Por ello, el hombre comenta que "toda esa situación inicial se ha ido arrastrando a lo largo de los años e hizo que mi vida fuera un auténtico calvario". Y es que, tras varios años su estado de salud empeoró. Así, en el 2013 él y su mujer, junto a sus dos hijos, decidieron trasladarse a Alicante en busca de una mejor calidad de vida.

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"Nos fuimos con 50 euros en la cartera y un coche viejo, pero queríamos encontrar un lugar mejor y con un trabajo donde yo no sufriera. Además, debía dinero a mi familia porque me lo habían tenido que dejar para subsistir y se lo quería devolver como fuese", señala

A pesar de sus esfuerzos, los trabajos que encontró no lograron mejorar su situación económica. De hecho, los ingresos resultaban insuficientes para cubrir los gastos básicos de la familia, lo que le llevó a solicitar préstamos en varias ocasiones. Además, la imposibilidad de mantenerse en una residencia fija debido a los altos costos de alquiler exacerbó la situación.

En el 2017 logró un trabajo en un supermercado, pero los problemas financieros persistieron. Además, su salud continuó deteriorándose, lo que eventualmente le llevó a estar de baja laboral durante un largo periodo de tiempo. "Primero estuve de camionero, pero tenía unos dolores insoportables. Debido a eso, la empresa decidió ponerme de cajero, pero tantas horas de pie también me pasaron factura. Fueron cinco años muy complicados. Incluso los médicos me decían que la situación era insostenible, pero yo aguantaba para poder tener dinero y hacer frente a las deudas", argumenta.

En marzo de 2023 se le abrió un expediente de incapacidad permanente debido a sus dolencias. "Tenía una buena nómina y todo iba para pagar los préstamos y los gastos de la familia, porque la bola de nieve se fue haciendo cada vez más grande. Muestra de eso es que se nos rompió la lavadora y le tuve que pedir dinero a uno de mis hermanos para comprar una y, por otro lado, mis hijos no han podido tener nunca unos buenos zapatos por todos mis problemas económicos", indica.

En un intento por salir de la espiral de deudas, el año pasado tanto el hombre como su mujer se acogieron al procedimiento de la Ley de la Segunda Oportunidad, pero en aquella ocasión los resultados no fueron favorables para él, ya que, por circunstancias ajenas, los anteriores abogados no presentaron la solicitud para la exoneración del pasivo insatisfecho en el plazo procesal correcto, lo que acabó en la conclusión del proceso sin resolver su situación de deuda.

Un concurso de acreedores "para personas"

Asimismo, el hombre recuerda que "yo sabía de la existencia de los concursos de acreedores para empresas, pero desconocía que también había para personas. Me puse a buscar información por Internet y di con el foro de Facebook de la Ley de la Segunda Oportunidad que gestiona Marta Bergadà".

Tras conocer la decisión de la Justicia, este vecino nuciero comenta que, "recientemente, también me dieron la incapacidad total y junto a la exoneración del pasivo insatisfecho yo y mi familia vamos a tener una vida más tranquila. Vamos a tener una estabilidad que nunca habíamos tenido y podremos ofrecer a nuestros hijos lo que no podíamos. Además, siempre habíamos tenido la ilusión de comprarnos una vivienda y ahora sabemos que se puede hacer realidad".

Por su parte, la abogada Marta Bergadà ha concluido que "cada caso tiene unas particularidades y éste es un claro ejemplo de que las adversidades pueden llevar a una persona al límite. Incluso, estando en absoluta precariedad intentó hacer frente a las deudas. Ahora, él y su familia podrán tener una vida mucho más normal y cumplir con los sueños que siempre habían tenido pero que nunca se pudieron materializar. Por eso es de gran importancia que la Ley de la Segunda Oportunidad se dé a conocer".

 
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