Alex Rubio, policía y triatleta: "Las primeras noches en la zona cero de la dana eran una locura de pillajes"
Alex, de 42 años, ha participado en más de 21 Ironman, en dos ediciones del Marathon des Sables y pretende participar en las seis grandes maratones del mundo
Alejandro Rubio, un forajido "con más batallas que Napoleón"
Alicante
Alejandro Rubio, de 42 años, conocido como 'el patas', policía local de profesión, está viviendo su segunda etapa deportiva. Comenzó en el mundo del triatlón muy joven, hace más de dos décadas, cuando este deporte era una rareza que empezaba a darse a conocer en nuestro país. Su primer Ironman fue el de Niza, posteriormente llegaron los de Frankfurt, Lanzarote (hasta en diez ocasiones), Nueva York, Malasia, Florida o Cozumel (México).
Entre tanto, también tuvo la ocasión de participar en un par de ediciones del Marathon des Sables. Posteriormente, tuvo un parón deportivo que le hizo ganar mucho peso. En la actualidad, mucho más fino, ha retomado la actividad deportiva y sus objetivos son participar en las seis grandes maratones del mundo y correr ultras. Este año ha completado la primera de ellas, la de Chicago. Y de cara a los próximos meses su calendario no puede estar más cargado de citas: va a participar en las maratones de València, Barcelona y Boston, también tiene previsto competir en la Ultrahélike (antigua Transilicitana) o 101 kilómetros de Ronda. Y todo ello, sin contar las medias maratones o las competiciones de menor distancia.
Dana de Valencia
Además, también hemos tenido tiempo en la charla de hablar de las consecuencias de la reciente dana en Valencia. Hasta allí acudió con otros compañeros de la policía local de Cox para llevar a cabo labores de vigilancia en municipios como Albal, Catarroja o Massanassa. Aunque llevaba en la memoria las imágenes que había visto en televisión, sobre el terreno, le pareció que llegaba a un escenario de guerra. Asegura que esos primeros días fueron un auténtico caos desde el punto de vista organizativo, pero también subraya el trabajo de los voluntarios.
En esta estancia ha podido comprobar como los humanos tenemos dos caras. En general, la mayoría de la gente ayuda a los demás y comparte lo mucho o poco que tiene en estas situaciones tan extremas; y otros, los menos, se dedicaban a aprovechar las facilidades provocadas por la riada para robar y saquear lo que podían. Un pillaje que no solo se producía por las noches, también a plena luz del día.