El magnetismo de Nueva York, ¿por qué (casi) todos los runners sueñan con participar en su maratón?
Charlamos de la carrera con Alejandro Mataix, un enamorado de la 'gran manzana' que ha participado en dos ocasiones en su maratón
Alejandro Mataix, un forajido en la Maratón de Nueva York
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Alicante
No vamos a discutir por el orden, pero en una clasificación de las ciudades más importantes del mundo, lo que la socióloga Saskia Sassen definió como 'ciudad global', Nueva York y Londres siempre nos van a salir en los primeros lugares. Si nos vamos al ranking de las mejores ciudades del mundo que hacer la revista Time Out también nos vamos a encontrar con la urbe de los rascacielos americana en primer lugar. Entre las ciudades más filmadas o entre las que han aparecido en más películas, también vamos a estar la 'gran manzana'.
Nueva York se ha convertido en una aspiración, esa meca que hay que visitar al menos una vez en la vida. Y para los corredores su maratón, que siempre se celebra el primer domingo de noviembre, es seguramente la carrera más deseada para los maratonianos. Es todo un sueño recorrer los 42 kilómetros de asfalto que separan Staten Island de Central Park.
Ir en ferry o en autobús, bien temprano a la salida, es parte de una liturgia que se completa con el himno americano a capella y el 'New York New York' de Frank Sinatra que se canta en la salida o escuchar el 'Burn to Run' de Bruce Springsteen nada más partir, con ese recorrido que pasa por sus cinco distritos (además de Staten Island, Brooklyn, Queens, Bronx y Manhattan), con atravesar el barrio judío de Williamsburg completamente vacío o con cruzar el puente de Queensboro, con colgarse la medalla en Central Park y con volver a tu hotel sintiéndote uno de esos miles de héroes que esa mañana ha conquistado la 'capital del mundo'.
De todo ello hemos charlado con Alejandro Mataix, es un enamorado de Nueva York y ya ha participado en dos ocasiones en su maratón. Asegura que al margen de que el corredor no siente forastero, ya que conoce la ciudad antes de poner un pie en ella, durante los días previos ya transmite una energía magnética que se multiplica por mil el día durante la carrera.
Insiste en que si se puede, a esta carrera hay que ir con amigos y sobre todo, el runner debe plantearse que lo más importante es disfrutar de cada zancada, de los paisajes urbanos y de las miles de personas que aplauden a los corredores a su paso.