Juana Gallar: “Los grandes saltos cualitativos en la ciencia se deben al gran desarrollo de las técnicas de la biología molecular”
La directora del Instituto de Neurociencias UMH-CSIC, que ha dedicado 40 años al estudio del sistema nervioso sensorial y autónomo en funciones oculares, investiga las diferencias del procesamiento entre la información que viene de la piel y la que viene del ojo
Juana Gallar, nueva directora del Instituto de Neurociencias UMH-CSIC, en Hoy por Hoy Alicante
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Alicante
La investigadora Juana Gallar, designada como nueva directora del Instituto de Neurociencias UMH-CSIC, ha explicado en Hoy por Hoy Alicante que aún queda muchísimo por descubrir acerca del funcionamiento del cerebro humano.
La también catedrática de Fisiología en la UMH cree que los grandes saltos cualitativos siempre han venido “asociados a una mente brillantísima que de repente generaba nuevos paradigmas”, pero también van a deberse, dice, al desarrollo de nuevas tecnologías y técnicas de biología molecular. Sucede lo mismo, explica, con la Inteligencia Artificial.
Señala que sus trabajos en el Instituto a nivel molecular y celular se aplican a muchos aspectos y que todo el conocimiento que se está generando se acabará aplicando.
“No puede haber ciencia aplicada si no hay ciencia que aplicar”, cita esta investigadora, que ha dedicado más de 40 años al estudio del sistema nervioso sensorial y autónomo en funciones oculares y es inventora de cuatro patentes. En este sentido, cree que no hay nada de extraordinario en que haya muchísimas investigadoras con liderazgo en su centro, algo que está asumido con total normalidad ya, que es lo importante, dice.
Ahora las parejas comprenden que ciertos “trabajos deben ser compartidos y no son femeninos”, apunta.
Su labor, concretamente, consiste en descifrar los mecanismos que generan señales de dolor en el ojo, cómo nuestro sistema nervioso transforma un pellizco en señales eléctricas. Y es que hay muchos receptores del dolor en la córnea del ojo, aunque no le llamemos dolor, explica, y eso es precisamente lo que ella explora: cuáles son las diferencias del procesamiento entre la información que viene de la piel y la que viene del ojo, dice. Por qué se procesa de manera distinta esa información.
Por cierto, que en este centro, apunta, ya son 415 personas las personas que trabajan en él a día de hoy, pero el espacio resulta ya insuficiente porque gran parte se dedica a servicios comunes, no a laboratorios. Para incorporar nuevos equipos y tecnologías hay que ampliar, y el primer desahogo va a ser una ampliación que ya se está llevando a cabo, de unos 600 metros.
