La revolución tecnológica y las respuestas de la filosofía, con Cecilio Nieto
Aprovechamos la celebración del Día Mundial de la Filosofía para hablar de los retos que plantea los cambios tecnológicos
El Día Mundial de la Filosofía, en Hoy por Hoy Alicante, con Cecilio Nieto
Alicante
Como cada tercer jueves del mes de noviembre la UNESCO celebra el Día Mundial de la Filosofía con el objetivo de subrayar "el valor duradero de la filosofía para el desarrollo del pensamiento humano, para cada cultura y cada individuo". Este organismo internacional entiende la filosofía no solo como una disciplina, sino como una práctica diaria y como una oportunidad para estimular el diálogo entre culturas.
Además, sin duda, la filosofía fomenta el pensamiento crítico y la tolerancia. Aprovechando la oportunidad hemos querido reflexionar sobre los retos que el siglo XXI le plantea a la filosofía y para ello se ha pasado por nuestros micrófonos Cecilio Nieto, doctor en Filosofía por la Universidad Complutense, investigador del CSIC, catedrático de instituto y profesor asociado de Sociología de la Universidad de Alicante.
Cecilio Nieto, catedrático de Filosofía de Bachillerato / Silvia Cárceles Pozo
La revolución tecnológica ha empezado a cambiar nuestro mundo y entre las herramientas que van a provocar esa transformación se encuentra la inteligencia artificial. Al respecto, Nieto recuerda que la sociedad debe exigir que la IA responda a sus necesidades y que como norma de funcionamiento solo se plantee servir al bien común. Otro de los problemas es que la IA, de alguna manera, imita los humanos y de esta forma, hereda todas nuestras virtudes, pero también nuestros muchos defectos. Y al copiarnos, aparecen los llamados 'sesgos' o los prejuicios que llegan a condicionar las respuestas que nos ofrece.
También en la conversación hemos reflexionado sobre la propiedad de estos sistemas de inteligencia artificial, la concentración de poder económico en unas pocas manos, el incremento de la desigualdad y la respuesta que a ese hecho se le puede dar desde la sociedad.
Además, no se trata de que la IA decida por nosotros o sobre nosotros. Tras este instrumento, insiste nuestro filósofo de cabecera, siempre debemos estar los humanos para controlar sus respuestas y adaptarlas.