Ni el Nuevo Mestalla ni Goldman Sachs son más urgentes que evitar el descenso a Segunda

València

A partir de hoy bajará la espuma de las cuentas anuales del Valencia y nos centraremos en el mes y pico de locura que tiene el equipo hasta enero. Muchos partidos, poco descanso y toda la presión de saberse colista y con problemas. Ni el Nuevo Mestalla ni la operación de Goldman Sachs tienen la urgencia que entraña evitar como sea el descenso a Segunda. Para ello volverá a ser incomprensible otro mercado de mínimos, de esperar a la última semana para firmar. De, en una palabra, miseria. El Valencia está en un nuevo escenario económico tras la refinanciación con Goldman Sachs que le habilita para tener más margen en el Fair Play que le impone Lim. Otra historia es el de LaLiga. Pero también ahí hay mecanismos para generar espacio a nuevos fichajes. Si se quiere, se puede. Pero hay que querer, claro. El miedo al descenso es palpable ahí dentro. No sé si tanto en Singapur. Pero alguien debería recordarle a Lim que debe elegir. Y la elección es sencilla. Mejor poner 7 ahora en Primera que 70 en Segunda.

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