Hoy por Hoy Villena
Economía y negocios

La psicología de la escasez

La psicología de la escasez es muy profunda. Está arraigada en nuestra mente de manera casi instintiva, moldeando nuestras decisiones, percepciones y emociones.

Marketing con Fran Torreblanca

Villena

Cuando sentimos que algo es limitado o que está a punto de desaparecer, inmediatamente, nos parece más valioso. Esto se debe a un miedo primario: el miedo a la pérdida. Nos aterra la idea de quedarnos fuera, de perdernos algo importante o de ver cómo una oportunidad se desvanece. Este fenómeno, conocido como FOMO (Fear of Missing Out), se activa en nuestras mentes como un mecanismo de defensa, que nos empuja a actuar rápido y a veces sin pensar demasiado.

Este principio está presente en muchos aspectos de nuestra vida diaria, desde la compra de productos hasta nuestras relaciones interpersonales…

La idea de que algo es escaso genera una urgencia emocional que nos lleva a tomar decisiones apresuradas. Es por eso que las estrategias de marketing basadas en la escasez son tan efectivas: frases como "oferta limitada" o "últimos días" despiertan esa chispa interna que nos empuja a actuar antes de que sea demasiado tarde. Nos imaginamos lo que podríamos perder si no aprovechamos la oportunidad, y esa idea, más que el producto o servicio en sí, es lo que nos motiva.

Pero la escasez no solo se utiliza para vendernos cosas. Los líderes y figuras de poder también han aprendido a utilizar este miedo para manipular a las masas. A través del discurso de la pérdida de identidad, seguridad o pertenencia, logran movilizar a las personas hacia la acción, muchas veces con consecuencias devastadoras. Cuando se juega con el miedo a perder algo tan fundamental como la cultura, el trabajo o la estabilidad, la gente se ve impulsada a reaccionar, y ese impulso puede llevar a decisiones irracionales y peligrosas.

Sentimos la urgencia de actuar cuando creemos que una oportunidad emocional se nos escapa, cuando percibimos que alguien podría dejarnos o cuando nos sentimos excluidos de un grupo. Este miedo a ser rechazados o a perder conexiones importantes puede llevarnos a comportamientos que, en otras circunstancias, no tendríamos. A veces, incluso sacrificamos nuestros propios principios o bienestar solo para evitar esa sensación de exclusión.

La realidad es que la escasez tiene un poder inmenso sobre nosotros, más de lo que solemos admitir…

Vivimos en una constante búsqueda de aquello que creemos que no tenemos, de lo que pensamos que está fuera de nuestro alcance o que podría desaparecer en cualquier momento. Esta mentalidad de escasez nos impulsa, pero también nos puede aprisionar. Nos limita al mantenernos enfocados en lo que nos falta, en vez de lo que ya tenemos.

Para finalizar, aceptar y comprender la psicología de la escasez nos ayuda a tomar decisiones más conscientes, ya que nos permite discernir cuándo estamos siendo manipulados por el miedo y cuándo realmente debemos actuar. Porque, al final del día, el verdadero desafío es superar ese impulso primario y recordar que no todo lo que parece escaso realmente lo es. Y lo más importante: que nuestro valor y bienestar no dependen de lo que podríamos perder, sino de lo que decidimos construir y apreciar en el presente.