Bebidas energéticas. Lo que debes saber y tener en cuenta
Laura Fuentes y Virtu Leal hablan de lo peligroso que es para los adolescentes, consumir este tipo de bebidas
Laura Fuentes y Virtu Leal
Villena
Las bebidas energéticas representan un conjunto de productos que desde hace algunos años se comercializan libremente en muchos países. Su irrupción en el mercado está influenciada por intensas campañas publicitarias, que las definen como bebidas refrescantes creadas para incrementar la resistencia física, proporcionar sensación de bienestar y estimular el metabolismo, capaces de suministrar un elevado nivel de energía proveniente de una combinación de ingredientes adicionados por sus posibles efectos estimulantes. Contienen una mezcla de compuestos que incluyen la cafeína, glocuronolactona y vitaminas. Algunas atribuyen sus propiedades estimulantes a aminoácidos como la taurina o a su contenido en extractos de hierbas como el ginseng o la guaraná, y en algunos casos se agregan minerales, inositol y carnitina. Las bebidas energéticas tienen consecuencias importantes a nivel cerebral y metabólico. Algunos de los efectos adversos de las bebidas energéticas son la estimulación del sistema nervioso central (SNC) y cardiovascular y su relación con el sobrepeso y la obesidad.
La ingesta regular de bebidas energéticas se ha asociado a la sobredosis de cafeína, la hipertensión, la pérdida de masa ósea y la osteoporosis. Entre los efectos secundarios resultantes del consumo regular se destacan palpitaciones, insomnio, náuseas, vómitos y micción frecuente. Los jóvenes son uno de los grupos de población más expuestos al consumo de este tipo de bebidas. En consecuencia, es importante contar con información periódica y actualizada sobre estos fenómenos para desarrollar y evaluar programas e intervenciones destinados a reducir el consumo, los problemas asociados a éste y a otras conductas y adicciones relacionadas con el consumo de bebidas energéticas.
Uno de los métodos más eficientes para obtener información son las encuestas escolares como la Encuesta sobre alcohol y drogas en enseñanzas secundarias en España (ESTUDES), que la DGPNSD lleva realizando desde 1994 cada 2 años.
En el año 2014 se introdujo un módulo sobre bebidas energéticas que ha permitido estudiar las tendencias de las conductas y percepciones tanto a nivel estatal como autonómico, aumentando la eficiencia de la planificación y la toma de decisiones al respecto.
La encuesta ESTUDES se encuentra incluida en el Plan Estadístico Nacional 2021-2024 así como en el plan anual 2023 y es, por tanto, de obligado cumplimiento en tanto sus resultados son utilizados con fines estatales.
En la encuesta ESTUDES en población de estudiantes de 14 a 18 años del año 2023 se ha investigado acerca del impacto y alcance que tiene el consumo de bebidas energéticas con alto contenido en cafeína entre los alumnos de 14 a 18 años. El análisis de los resultados indica que casi la mitad de los estudiantes (47,7%) han tomado bebidas de este tipo en los últimos 30 días, siendo la prevalencia mayor en los chicos (54,4%) que en las chicas (40,7%). Los chicos muestran prevalencias de consumo más elevadas que las chicas en todas las edades analizadas, produciéndose las mayores prevalencias de consumo a los 18 años (59,8%). La tendencia de consumo es similar en chicos y chicas: la prevalencia aumenta con la edad hasta los 16 años, experimentando una caída a los 17, que se recupera alcanzando su máximo a los 18 años.
En lo que respecta a la práctica de mezclar bebidas energéticas con alcohol, vemos que el 19,5% de los estudiantes de 14 a 18 años ha consumido esta mezcla en los últimos 30 días, cifra que es superior entre los chicos (20,8% vs 18,2%).
En el grupo masculino la mayor prevalencia de consumo se registra en los alumnos de 17 años (26,8%), mientras que, en el femenino, la mayor proporción se observa en el grupo de alumnas de 18 años (23,4%).