Medidas valientes, obras que no se ven, que no lucen políticamente, pero salvan vidas
La Columna de Carlos Arcaya: «Medidas valientes, obras que no se ven, que no lucen políticamente, pero salvan vidas»
Alicante
La gota fría que asoló Alicante en 1997 fue un punto de inflexión para la puesta en marcha de un plan antirriadas que supuso "enterrar" millones de euros: obras que no se ven, que no lucen políticamente, pero salvan muchas vidas.
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Fue una actuación faraónica tras unas precipitaciones de 267 litros por metro cuadrado, que protegen a los que vivimos en una ciudad construida sobre barrancos y ramblas. Obras que se siguen complementando con nuevas iniciativas, como el parque inundable o el gran tanque antitormentas de San Gabriel y que en algunos casos habrá que repensar para adaptarlas a un siglo XXI en el que el cambio climático incrementa la frecuencia y la magnitud de estas trombas.
En lo que se refiere a la preparación del territorio para este tipo de riesgos naturales, Alicante es un ejemplo a seguir. Tras la DANA de Valencia, hay que tomar medidas valientes en toda la Comunitat Valenciana. Actuaciones, por ejemplo, como eliminar viviendas que están en zonas de grave riesgo de inundación, lo cual puede ser impopular.
Lo material, en mayor o menor medida, es recuperable, aunque hay que intentar minimizar las consecuencias de las trombas de agua, pero lo que es inasumible en una sociedad moderna es que fallezcan 222 personas.