Alcoy: Una ciudad en frío permanente bajo el gobierno de Toni Francés
Carlos Pastor, portavoz del Grupo Municipal del Partido Popular
Alcoi
"Lo de las calderas no es lo suyo". Esta afirmación resume, con irónica precisión, la gestión del gobierno de Toni Francés en Alcoy. Desde 2018, se sabía que la caldera del CEIP El Romeral iba a dar problemas, como reconoció el concejal de Educación, Alberto Belda, en el pleno municipal de diciembre. Sin embargo, años después, el problema sigue sin solucionarse. Gracias a que la Consellería ha hecho su trabajo y en un nuevo plan Edificant este problema quedará solucionado.
El problema de la caldera del Romeral no es un caso aislado. La Casa de la Cultura pasa otro invierno en penumbra térmica, el Teatro Principal no escapa al frío, el IVAM queda más allá del muro de Invernalia y, para culminar, la caldera del propio Ayuntamiento también ha dejado de funcionar este año. Mientras tanto, trabajadores municipales y ciudadanos enfrentan temperaturas que evidencian algo más que un fallo técnico: una falta de previsión y rigor que parece haberse institucionalizado en la gestión local.
Esta situación es solo la punta del iceberg. Las calles están sucias, los parques deteriorados, y los problemas acumulados pintan un panorama de desidia generalizada. Alcoy parece atrapado en una caída libre, sin planes claros para frenar el deterioro. La metáfora del frío no es solo literal, sino también simbólica: el gobierno de Toni Francés ha congelado la ciudad en todos los sentidos.
El frío en Alcoy no se limita a las calderas inservibles. Se extiende a unos presupuestos incapaces de impulsar mejoras significativas. Mientras otras ciudades evolucionan, Alcoy parece haberse sumido en un letargo que refleja la falta de ambición política y de visión a largo plazo.
Es inaceptable que problemas previsibles, como el mal estado de las calderas, sigan siendo ignorados año tras año. Si no se puede garantizar algo tan básico como la calefacción en espacios públicos, ¿qué podemos esperar de áreas más complejas de gestión? Este desinterés crónico mina la calidad de vida de los alcoyanos y erosiona la confianza en el liderazgo local.
Alcoy merece más que un gobierno que reacciona tarde y mal. Merece un liderazgo que planifique, que prevenga y que ponga los intereses de la ciudad por encima de la comodidad política. Es hora de exigir responsabilidad y acción. Mientras tanto, los alcoyanos seguirán abrigándose tanto contra el frío del invierno como contra el frío de una gestión que ha dejado a su ciudad en hibernación.