Las víctimas de la DANA tendrán un monumento en València

València

València recuperará y restaurará el monumento a las víctimas de las riadas de 1949 y 1957, en la Avenida de Aragón, para convertirlo en un memorial con una llama votiva siempre encendida, dedicada a las víctimas. La plaza donde se encuentra el monumento también llevará el nombre de Plaza de las víctimas de la DANA del 29 de octubre de 2024.

La intervención comprenderá la recuperación del pebetero que incluía el diseño original, con una llama votiva permanente en recuerdo constante de las víctimas de las distintas riadas que han asolado nuestra ciudad. Además, se inscribirán los nombres de los fallecidos sobre piedra natural labrada, se adecuará el entorno del monumento y se colocará señalética en sus inmediaciones, dando cuenta del objeto del citado memorial

“Desde el Ayuntamiento de València, queremos rendir un sincero homenaje a todos aquellos valencianos que perdieron la vida durante las devastadoras inundaciones sufridas el pasado 29 de octubre en la ciudad de Valencia y en muchos municipios de su área metropolitana, así como expresar nuestra solidaridad a sus familiares y allegados, uniéndonos en su dolor y manteniendo viva su memoria”, ha afirmado el concejal de Acción Cultural, Patrimonio y Recursos Culturales, José Luis Moreno.

La intervención en el monumento, la primera en sus más de cuatro décadas de existencia, comprenderá igualmente la recuperación del pebetero que incluía el diseño original, con una llama votiva permanente en recuerdo constante de las víctimas de las crecidas fluviales que, a lo largo de la historia, han asolado nuestra ciudad; la inscripción, sobre piedra natural labrada, del nombre de todos y cada uno de los fallecidos de cuya identidad se tiene registro; así como la colocación de señalética informativa en sus inmediaciones, a fin de dar cuenta del objeto y de la dedicatoria del referido memorial.

Por último, la explanada donde se levanta el monumento, entre la Plaza Zaragoza y la avenida de Aragón, recibirá el nombre de “Plaza de las víctimas de la DANA del 29 de octubre de 2024”

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Tal y como ha explicado el concejal José Luis Moreno, “con esta actuación, damos también cumplimiento al acuerdo del Consejo de Distrito de Exposición de fecha 16 de julio de 2020, donde se aprobó una moción denunciando la situación del Monumento a las víctimas de las riadas e instando a la restauración integral del referido monumento, a la adecuación del entorno y a la colocación de paneles explicativos, a fin de revertir su deterioro y, sobre todo, de preservar el recuerdo de todas las víctimas mortales, para conocimiento y perpetua memoria de las futuras generaciones. Un compromiso al que, por desgracia, hasta la fecha no se había atendido”.

Historia y patologías del monumento

Realizado por el prestigioso escultor Ramón de Soto, por encargo del Ayuntamiento de València, el Monumento a las víctimas de las riadas fue inaugurado en octubre de 1982, coincidiendo con el 25 aniversario de la fatídica riada de 1957.

Sito en la avenida de Aragón, éste consta de dos elementos principales a modo de alas de 16 metros de altura y con una separación de 50 centímetros, que se elevan sobre una alberca de agua, flanqueada por una hilera de cipreses.

El conjunto escultórico, todo un alarde desde el punto de vista constructivo, se extiende sobre una explanada de grandes losas de piedra y está rodeado por un pequeño graderío. Según consta en la memoria del proyecto, “el monumento simboliza la esperanza nacida de la tenacidad emergiendo del desastre de las aguas”.

Tal y como han podido confirmar en fechas recientes los técnicos del Servicio de Patrimonio Histórico y Artístico, la escultura presenta en la actualidad toda una serie de lesiones y de daños habituales por el paso de los años en construcciones de hormigón armado expuestas a las inclemencias del tiempo, como el viento y la lluvia, y sometidas a importantes humedades, por estar sumergido parcialmente en el agua.

Dichos daños producen un deterioro, en este caso agravado por su altura e inclinación, como es la oxidación de las armaduras y de los refuerzos interiores de acero, así como el desprendimiento del recubrimiento del hormigón, dejando las mismas a la intemperie y acelerando su corrosión.

Así, en una primera inspección visual se ha detectado que en distintos puntos del monumento, sobre todo, en la parte superior de las alas, está empezando a marcarse una línea de desprendimiento del hormigón, sin que sea posible saberse todavía el alcance exacto de los daños.

Asimismo, en la cara interior de una de las alas se observa que el compactado del hormigón no fue el adecuado en la ejecución del monumento, lo que en su día quizá no fuera un problema, pero que, sin embargo, con el paso del tiempo se ha convertido en un foco de permeabilidad para la entrada de humedad y de agua, por lo que, más de cuarenta años después de su creación, se deduce que existirán daños en la armadura que no se pueden ver a simple vista por la pequeña separación de las alas entre sí.

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