Los cargos de las Fiestas de Alcoy ensayan las Embajadas ante el público

Alcoi

La sede de la Filà Guzmanes, un año más, ha sido el epicentro del ensayo general, abierto al público, de las Embajadas de Alcoy. Decenas de espectadores no se han querido perder la particular guerra dialéctica entre el bando moro y el cristiano por conquistar la villa.

Los asistentes, antes de iniciar, han recibido el librito de las Embajadas de la Fiesta de Moros y Cristianos de Alcoy, publicado por la Asociación de San Jorge, para poder seguir la representación en el particular escenario situado en el local de los Guzmanes, en la calle Casablanca. La primera en entrar en escena ha sido la Embajada Mora, con Óscar Martínez, en una parte del local, que evoca la posición de la entrada a la plaza de España (lugar real en qué ocurre la embajada el último día de Fiestas) y en la planta superior, caracterizada como el castillo, le aguardaban los jefes del bando de la cruz con su capitán de la Filà Aragonesos, Salvador Albero; el alférez de la Filà Andaluces, José Cortés; Mossèn Torregrosa, Rafael Domínguez; Jordi Seguí, sargento cristiano y Antonio Delgado, embajador cristiano; además del centinela que es representado por Tono Bou.

El embajador moro intentaba convencerles que abandonaran estas tierras, pero los cristianos no aceptaban. Cada vez, las peticiones iban in crescendo pero, al no haber acuerdo, ha sonado la declaración de guerra.

Con un fuerte aplauso ha terminado esta primera intervención mientras los clarines anunciaban el fin de la embajada.

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Tras un receso, en el que l’Agrupació Musical El Deliri de Gorga interpretaba marchas moras y se aprovechaba para cambiar la decoración, ha comenzado la Embajada Cristiana.

Esta vez, era Antonio Delgado, embajador cristiano, el que comenzaba a recitar “Mon cor pels sofriments tan combatut,...”. El principio de esta embajada en la que los cristiano piden la rendición de las huestes de la media luna, llamando a su jefe. Así, al castillo han ido saliendo los protagonistas del bando moro con el centinela Jorge Linares, el sargento Mauro Camáñez, que se estrenaba en este acto; Ana Gisbert Mira-Perceval, alférez de la Filà Marrakesch (en ese momento se ha dado una imagen inédita porque por primera vez se ha visto a una mujer entre la cúpula del bando moro que defiende la fortaleza); Óscar Martínez, embajador moro y Indalecio Carbonell, capitán moro de la Filà Abencerrajes.

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Pese a que el enviado de las tropas de Jaume I no cesaba de pedir a al bando rival que devolviera la villa a los cristianos, el capitán moro tenía clara la negativa y le ha pedido a su embajador que contestara a su homónimo del bando de la cruz. Tampoco ha fructificado la negociación con la palabra y han alzado las armas en declarándose la guerra.

Una atronadora ovación ha reconocido el ensayo que han realizado todos los protagonistas que, desde semanas atrás, se vienen preparando con la dirección del Quadre Artística de l’Associació de Sant Jordi. Carmina Aznar ha explicado que esta preparación estaba yendo muy bien.

El ensayo ha finalizado con la interpretación del Himne de Festa, de Gonzalo Barrachina, por los músicos de la banda de Gorga.

Un acto especial

Tras este ensayo abierto al público, los embajadores Óscar Martínez y Antonio Delgado han compartido, a preguntas de Radio Alcoy, sus sensaciones tras esta puesta en escena, como viven este acto y como se preparan para la representación que llegará el 5 de mayo en la plaza de España.

Estos compases festeros se han vivido en el estreno de marzo y a poco más de dos meses para la Trilogía en honor a San Jorge.