Pedro Luis Sirvent sabía cómo emocionarnos
Pedro Luís iba a tocar la fibra de los alicantinos por todas las vías: por tierra, aire y, si hubiera podido, por mar
La Columna de Carlos Arcaya: «Pedro Luis Sirvent sabía cómo emocionarnos»
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Alicante
No me gusta la palabra petardo. Ni tan siquiera me suena bien, en ese sentido, traca suena mejor. Y qué les voy a contar de una mascletà, algo tan radical o tan polarizante. Las mascletàs son como levantarse muy de madrugada. A algunos les encanta y a otros no se les van a despegar nunca las sábanas. Pero también pueden ser como una droga: hay de ti si la pruebas y te engancha.
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Las mascletás de Pedro Luis Sirvent siempre iban de menos a más. Lo de regularse para dejar lo mejor para el final no deja de ser una forma de posicionarse en esta vida. Siempre hay que terminar en alto, sorprendiendo. Lo apoteósico suele ser el resultado de algo planificado. Las personas también se pueden diferenciar entre petardos y mascletás. Sirvent era de estos últimos, les había cogido el pulso a los alicantinos, sabía cómo emocionarles, iba a tocarles la fibra por todas las vías: por tierra, aire y, si hubiera podido, por mar.
El terrible accidente de ayer deja muchos huérfanos de pirotécnico. No era el final ni mucho menos previsto. Desde ayer, muchos enjugan las lágrimas de pena sin olvidar las muchas alegrias vividas.
