Beniparrell: "La DANA nos paralizó la vida"

València

La Cadena SER en la Comunitat Valenciana reafirma su compromiso con las áreas impactadas por la DANA mediante un innovador proyecto que será clave en 2025: el podcast 'Valencia 2025: renacer tras la DANA'. Esta iniciativa tiene como objetivo seguir durante un año el día a día de las comunidades más afectadas, destacando su empeño en reconstruir y superar las consecuencias de este desastre.

En la undécima semana del año volvemos a la Zona 0, a l'Horta Sud. Visitamos Beniparrell, el primer municipio afectado de la comarca hacia el sur. Hacia el norte desde este municipio se atraviesan los pueblos con más destrozos: Albal, Catarroja, Massanassa, Benetússer, Alfafar, hasta llegar a La Torre, pedanía ya de València.

Capítulo 11, Beniparrell (Vídeo)

Capítulo 11, Beniparrell: "La DANA nos paralizó la vida"

Este pequeño municipio de poco más de 2.000 habitantes sufrió los efectos de la DANA en su núcleo urbano y en sus polígonos, son seis y albergan casi 500 empresas. Visitamos uno de los restaurantes donde acuden muchos de los trabajadores y trabajadoras de estos polígonos para hablar con su propietario, Luis Marcelino Gómez; la encargada Amparo Núñez y la cocinera Noelia Nacarino quienes coinciden en que "la DANA les paralizó la vida".

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Rescatado en una escalera y abrigado con bolsas de basura

El día 29 de octubre, cuentan, no tuvieron muchos clientes a la hora de la comida y alrededor de las 5 bajaron las persianas del local. No había caído una gota de agua en Beniparrell pero el cielo totalmente tapado y el viento hacían de aquel martes un día completamente desapacible. El barranco venía cargado de agua, pero todavía no se había salido cuando Amparo cogió el coche desde el restaurante para marcharse a su casa en El Saler. "Por poco tiempo no me quedo atrapada en la Pista de Silla", cuenta emocionada.

Noelia vive justo al lado de Puerta de Hierro y vio desde su piso ubicado en un tercer piso cómo en poco tiempo el palmo de agua que empezó a cubrir las calles se convirtió en una "tsunami" que arrastraba todo a su paso. "Es que no fue una barrancada, fue como un tsunami". Mientras todo esto ocurría en su restaurante, Luis Marcelino estaba en su casa en Aldaia intentando sacar su coche del garaje. Cuenta que vivió su propia odisea, que tuvo que ser rescatado junto con otras 14 personas subidas en una "escalerita" y esperando a que bajara el nivel del agua. Había salido de casa en manga corta y chanclas y tuvo que abrigarse con bolsas de basura que le dieron unos vecinos. "Estaba temblando, con una hipotermia. Conseguí llegar a casa a las 4 de la madrugada".

"Pensé que lo había perdido todo"

El día 30 de octubre la primera en entrar al restaurante fue Noelia Nacarino. Le hicieron llegar unas llaves y fue grabando con su móvil cómo había quedado todo. "Tú ves en los medios que ha habido una inundación en Guatemala, pero vivirlo es diferente. Se para la vida. En la pandemia por lo menos podíamos bajar a comprar, aquí la gente tuvo que saquear lo poco que quedaba". Es la situación que describe esta cocinera que todavía se emociona al recordar aquellos días y que pensó que "lo había perdido todo" porque se quedaba sin trabajo.

Encontró el restaurante totalmente arrasado por el barro; mesas, sillas, la barra, la cocina... En algunos puntos el agua había superado el metro de altura. Poco a poco los días posteriores se fueron uniendo a ella otros trabajadores de Puerta de Hierro e incluso Amparo pudo recorrer los 15 kilómetros que le separan desde su casa para limpiar el desastre. Así fue cómo pudieron reabrir las puertas semanas después de una DANA que todavía no han podido procesar. "Todavía no somos conscientes de todo lo que nos han ocurrido".

Aun así, y pese a que explican que cuesta todavía relatar con palabras todo lo que han vivido, lo que afirman rotundamente es que su relación con los avisos meteorológicos y alertas ha cambiado completamente desde el 29 de octubre. De hecho, la semana pasada volvió el miedo ante el aviso rojo y después naranja de la AEMET.

A pesar de todo, en este restaurante no han dejado de trabajar y continúan en marcha atendiendo a unos clientes que vuelven a llenar su salón donde prácticamente a diario recuerdan todavía las consecuencias de la DANA que les cambió la vida.

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