El esparto: el arte de la fibra natural que se resiste a desaparecer

Simat de la Valldigna

"La intención de este taller es la de acercar a los asistentes a la fibra natural más universal, y con gran tradición milenaria de la península Ibérica, el esparto. Darle la importancia y ponerlo en el lugar que se merece", así nos recibe José Alfonso Mansanet, uno de los artesanos del esparto que aún quedan, y que luchan para que este arte no desaparezca. En uno de los espacios de la Casa de la Cultura de Simat de la Valldigna, ha empezado su taller, al que han acudido gente por primera vez, y también fieles seguidores de Mansanet, que ha dado diversos talleres de este tipo a lo largo del territorio.

Los asistentes han trabajado el esparto en dos variedades: el crudo y el picado. El primero se utiliza para hacer piezas más rígidas, y el segundo para confecciones más sensibles, aunque, normalmente, se combinan entre ellas. Tal como explica Mansanet, antiguamente el esparto era muy valorado en España y el Magreb, porque se trabajaba "por necesidad", pero la llegada del plástico, a finales de los cincuenta, supuso su decaída. Eso sí, esta fibra natural sigue siendo importante: "resurgió de sus cenizas en forma de artesanía para realizar confecciones que se usan en decoración, jardinería e incluso en bisutería".

Mansanet heredó su pasión por el esparto de sus antepasados, y lo plasmó en su libro 'El esparto, sus técnicas, su cultura'. Tal como él mismo afirma, los talleres que realiza son para enseñar, en la práctica, toda la teoría que escribió en su publicación. Además, inició un grupo de Facebook 'Los amigos del Esparto' que cuenta ya con más de 31.000 seguidores, de diferentes países.