Alcoy rinde homenaje al exalcalde Evaristo Botella Asensi
En la escalinata de la Casa Consistorial ya luce un retrato de la alcoyano que fue el último alcalde de la democracia, antes del franquismo, y que fusilado en 1939
El sobrino nieto de Evaristo Botella Asensi; Antonio Francés, alcalde de Alcoy, y José Sanus, el primer alcalde democrático tras el franquismo, en el descubrimiento del retrato del homenajeado en la escalinata de la Casa Consistorial. / Ajuntament d'Alcoi
Alcoy
El Ayuntamiento de Alcoy rindió el pasado viernes un emotivo homenaje a Evaristo Botella Asensi, el último alcalde de la democracia antes del franquismo y que fue fusilado en 1939.
El salón de plenos albergó la primera parte de este acto de memoria en la que Antonio Castelló entregó al Archivo Municipal dos documentos de la época relacionada con la figura de Botella Asensi.
Y después, los asistentes, entre los que se encontraban las nietas y otros familiares del homenajeado, se desplazaron a la escalinata de la Casa Consistorial donde se descubrió el retrato de Evaristo Botella Asensi, realizado por el artista Fran Parreño.
En los discursos, un sobrino nieto de Botella le recordó y transimitió “un enorme agradecimiento al Ayuntamiento de Alcoy por haber, finalmente, dar justicia a un buen hombre que fue fusilado injustamente e indultado, aunque escondieron el indulto”.
El alcalde, Antonio Francés, señaló que “hoy hacemos un acto de justicia, absolutamente necesario, un acto en el que Evaristo Botella regresa a su casa”.
El protagonista
Evaristo Botella Asensi fue un político republicano que ejerció como alcalde de Alcoy durante la Segunda República. Nació en Alcoy en el año 1882 y desde muy joven trabajó en una imprenta. Con el tiempo, adquirió experiencia empresarial y abrió varios comercios en Alcoy y Alicante. Comenzó su trayectoria política en el Partido Republicano Radical, pero en 1932 se unió a la Izquierda Radical Socialista, donde llegó a ser dirigente provincial en 1937.
Durante el golpe de Estado de 1936, Botella Asensi, junto con el diputado socialista Salvador García Muñoz, convocó a los afiliados del Frente Popular, CNT y FAI para formar una Junta de Defensa y evitar la sublevación militar en Alcoy. Gracias a su actuación, la ciudad permaneció libre de la insurrección. A pesar de tener que dimitir como alcalde el 2 de octubre de 1936, continuó liderando su partido y ayudando a muchos republicanos a exiliarse. Finalmente, fue detenido en 1939, condenado a muerte y ejecutado el 23 de septiembre del mismo año.