María Zaragoza, escritora: “La dislexia lo único que ha hecho es enseñarme a pensar diferente, y eso ha sido utilísimo”
A los ocho años, ya se veía como escritora, y aunque en su niñez observaba las letras y los números desde una perspectiva única, nunca dejó que eso la desanimara

Entrevista | María Zaragoza, escritora
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Elda
María Zaragoza, escritora española nacida en Madrid en 1982, ha logrado posicionarse como una de las voces más prometedoras de la literatura contemporánea en España. Su talento abarca múltiples géneros, desde novelas y relatos hasta guiones de cine, radio y textos dramáticos. Su capacidad para explorar la complejidad humana a través de diferentes formatos ha cautivado a miles de lectores, consolidándose como una autora de gran envergadura.
Un hito importante en su carrera llegó en 2022, cuando fue galardonada con el prestigioso Premio Azorín de Novela por su obra La biblioteca de fuego. Esta novela, ambientada en el Madrid de la posguerra, rinde homenaje a los bibliotecarios y archiveros que, con valentía, protegieron el valioso patrimonio literario de España durante la Guerra Civil. En esta obra, Zaragoza no solo narra una historia sobre la guerra y la resistencia, sino que también refleja su profundo amor por los libros y la literatura.

En 2022, cuando fue galardonada con el prestigioso Premio Azorín de Novela por su obra La biblioteca de fuego. / Cedida

En 2022, cuando fue galardonada con el prestigioso Premio Azorín de Novela por su obra La biblioteca de fuego. / Cedida
María, a lo largo de su carrera, ha enfrentado un reto personal que podría haber limitado a muchos: la dislexia. Para Zaragoza, la dislexia no ha sido un obstáculo. “La dislexia es mi amiga y compañera”, afirma con una sonrisa, y añade: “Lo único que ha hecho es enseñarme a pensar diferente, y eso ha sido utilísimo”.
A los ocho años, ya se veía como escritora, y aunque en su niñez observaba las letras y los números desde una perspectiva única, nunca dejó que eso la desanimara. Recuerda cómo, cuando era pequeña, le preguntaba a sus maestras por qué algunos números parecían mirar en una dirección y otros en otra.
A los 20 años recibió el diagnóstico formal de dislexia, un momento que, lejos de frustrarla, le dio una claridad renovada sobre su vida y su carrera. "Sabía que era diferente, pero nunca sentí que alguien me pusiera una etiqueta sobre los hombros que me pesara", afirma. Y es que para María, las etiquetas pueden ser tanto liberadoras como limitantes.
El caso de María Zaragoza es un claro recordatorio de que las dificultades no siempre son barreras, sino oportunidades para encontrar nuevas formas de ser y de crear.




