Concha Sanz, la vecina de Carrícola que ha medido el clima durante más de 60 años, recibe el Premio Nacional de AEMET a los 89 años

Carrícola

Concha Sanz, vecina de Carrícola de 89 años, ha sido recientemente galardonada con el prestigioso Premio Nacional de Observación de AEMET, un reconocimiento a su dedicación a la medición diaria de la temperatura y la humedad durante más de seis décadas. Esta apasionada labor comenzó a una edad temprana, cuando su tío, Rafael Giner, le regaló su primer pluviómetro y medidor, lo que despertó en ella un amor por la meteorología que nunca ha dejado de lado.

A lo largo de los años, Concha ha sido una de las observadoras meteorológicas más experimentadas y respetadas de la Comunitat Valenciana. Su trabajo ha sido clave para los informes meteorológicos, colaborando incluso con la televisión valenciana desde sus primeros años de emisiones. En palabras de Concha, la pasión por el clima siempre estuvo presente en su familia: “En casa siempre estábamos pendientes del cielo, si llovía, si hacía frío, si nevaba… todo para saber qué era lo mejor para el campo”, ha contado en una entrevista para Radio Ontinyent Cadena SER.

Inma, la hija de Concha, hereda su pasión por la meteorología

La rutina de medir el tiempo se convirtió en una parte esencial de su vida, algo que ha seguido realizando día tras día, a pesar de las limitaciones físicas que la edad le ha traído. En la actualidad, aunque Concha ya no puede hacer todo el trabajo por sí sola, su hija Inma la ayuda con las mediciones, siguiendo la tradición familiar. “Ya tengo una sustituta, mi hija Inma. Yo no se lo he inculcado, le ha nacido a ella” ha contado emocionada.

Recuerdo granizadas muy fuertes. En la reciente DANA aquí no llovió, medimos en total unos 45 litros aunque desde mi observatorio ese día se veían unas nieblas muy feas. No sabíamos que pasaba, pero las señales no eran bonitas

—  Concha Sanz, vecina de Carrícola

Una vida dedicada a la meteorología, ahora reconocida por AEMET

Aunque la edad avanza, Concha sigue mostrando el mismo entusiasmo por la meteorología que la llevó a comenzar este camino hace más de 64 años. Su dedicación le ha valido el reconocimiento de AEMET, un premio que, según ella, no esperaba: “Parece que no me lo creo aún. Es muy emocionante, creo que no me lo merecía. Ahora que ya ha pasado, lo analizo y pienso que me han reconocido por una labor que para mí no es trabajo” ha añadido sonriente.

La historia de Concha Sanz es la de una mujer que ha convertido su pasión por el clima en una tradición familiar, demostrando que la dedicación y el amor por lo que se hace no tienen edad. Concha continúa siendo un referente en Carrícola, y su legado seguirá vivo a través de su hija, que continuará con la misión de medir el tiempo con la misma pasión y dedicación que su madre.