Uso de agua desalada y reutilizada: claves para el futuro agrícola de la Marina Alta
Agustí Espí destaca la importancia de estas fuentes hídricas alternativas para enfrentar la sequía y la sobreexplotación de acuíferos en la comarca

Agusti Espí, técnico medioambiental
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Dénia
En el espacio agrario de hoy por hoy Marina Alta hemos tratado uno de los desafíos más urgentes a los que se enfrenta el sector primario de la Marina Alta: el uso de agua desalada y reutilizada para el riego agrícola. Ante un escenario de sequías prolongadas y la sobreexplotación de acuíferos, estas fuentes hídricas alternativas se posicionan como soluciones clave, aunque con varios retos por resolver.
Agustí Espí, técnico medioambiental de la Xarxa Agrícola, ha destacado que el agua desalada, aunque ofrece una disponibilidad prácticamente ilimitada, implica un alto coste energético y requiere infraestructuras complejas. Además, ha señalado los problemas que puede presentar en su composición, como la baja concentración de calcio y magnesio, o el exceso de boro, un elemento potencialmente dañino para los cultivos.
Por otro lado, el agua reutilizada, procedente de la depuración de aguas urbanas, se perfila como una opción viable para el riego e incluso para la recarga de acuíferos, siempre que se cumplan estrictos estándares de calidad. Municipios como Xàbia ya están evaluando su uso en el corto plazo.
Espí ha subrayado que el coste por metro cúbico sigue siendo un obstáculo, especialmente en el caso del agua desalada. Sin embargo, ha sugerido que la implementación de energías renovables podría reducir esos costes y hacer más rentable el uso de estos recursos en las explotaciones agrícolas.
Además, el técnico ha reclamado más inversión pública en infraestructuras que garanticen un acceso equitativo a estos recursos, así como el fomento de estudios como el proyecto Desalacitrus, que investiga los efectos del agua desalada sobre los suelos agrícolas.
Para concluir, Espí ha afirmado que el uso de aguas alternativas será “imprescindible” en el futuro, no solo para la agricultura, sino también para garantizar el suministro urbano en aquellas zonas más afectadas por la escasez de agua.