La plaga del trips amenaza los cultivos de cítricos en la Marina Alta: pérdida de producción y medidas urgentes

Dénia

La plaga del trips, un insecto diminuto, pero altamente perjudicial para numerosos cultivos, se ha convertido en una amenaza de primer orden para la agricultura de la Marina Alta. Según ha advertido el técnico medioambiental Agustí Espí en el espacio agrícola de Radio Dénia, esta plaga, detectada por primera vez en la Comunitat Valenciana en 2016, ya se ha extendido a más de 300 municipios, incluyendo buena parte de la comarca.

El trips, especialmente perjudicial en cítricos, caquis y vides, causa daños estéticos que, aunque no afectan a la salubridad del producto, sí comprometen su comercialización, sobre todo en mercados de exportación. Espí ha subrayado que la pérdida de producción en la Comunitat podría alcanzar hasta el 30% en determinadas cosechas de naranja.

Uno de los principales retos es la creciente resistencia del trips a los tratamientos fitosanitarios tradicionales. “Si se utiliza siempre el mismo producto, el insecto desarrolla resistencias y deja de ser eficaz”, ha explicado Espí. Por ello, desde organismos como el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y Sanidad Vegetal se recomienda la rotación de sustancias y la búsqueda de métodos alternativos más sostenibles.

Entre las estrategias destacadas figuran el uso de fauna auxiliar, como las mariquitas, que depredan al trips, y la conservación de vegetación espontánea para favorecer estos depredadores naturales. También se recomienda, en caso de infestación, la quema de restos de poda para evitar la reproducción de la plaga.

Espí ha valorado positivamente el esfuerzo de la administración autonómica, que ha intensificado la formación y el asesoramiento técnico a los agricultores, además de distribuir trampas específicas como medida de control.

El cambio climático y la globalización agravan aún más el problema, permitiendo que plagas exóticas encuentren condiciones propicias para sobrevivir durante todo el año. “Nos enfrentamos a un reto muy grande. Si no actuamos de manera coordinada desde la agricultura, la administración y el sector ganadero, corremos el riesgo de perder cultivos esenciales para la economía comarcal”, ha concluido el técnico.